El cerebro es un paquete de ideas arrugadas que llevamos en la cabeza y quizás por eso los políticos no se ponen de acuerdo. Cuando los pícaros y los tontos sellan su amistad, no hay cosa peor que tenerlos de enemigos. Los buenos modales, son como el cero en aritmética: acaso no representan mucho por sí solos, pero pueden aumentar el valor de los demás, y bien sabe Dios que hoy los echamos en falta. Solo hay dos cosas por las que no hay que enfurecerse nunca: por lo que se puede remediar, y por lo que no pueda remediarse, y como la actual situación será posible remediar, no debemos enfurecernos. No hay cosa que haga tanto daño a una nación, como que la gente astuta pase por inteligente. Es mas tranquilizador tener doce hijos que doce millones de dólares. Con doce hijos uno se conforma, con doce millones se quieren más. Por ello, así nos va la feria.