La flexibilización de las restricciones conllevaba la libre movilidad en la CAV, cuyos territorios ya estaban preparados para pasar a la fase 2, mientras el Ministerio de Sanidad no terminaba de decidirse acerca de si hacer o no obligatoria la mascarilla en espacios públicos. Por otro lado, el María Cristina retomaba su función como hotel tras haber sido hospital de asintomáticos en lo más crudo de la pandemia.