- El uso de las instalaciones deportivas municipales de Donostia cayó a la mitad el pasado año a causa de la pandemia. Los accesos registrados fueron 1,5 millones, mientras el año anterior habían sido 3,1 millones. No obstante, el número de abonados descendió en una proporción mucho menor, del 6,4%, lo que dejó en 46.241 el número de socios a finales de año.

Así lo explicaron ayer el concejal delegado de Deportes, Martin Ibabe, y la directora de Donostia Kirola, Leire Landa, que destacaron que desde el inicio de la pandemia la entidad se puso manos a la obra para poder ofrecer el servicio, con las limitaciones sanitarias. “El año 2020 ha supuesto un esfuerzo extra a la hora de gestionar las instalaciones y Donostia Kirola ha demostrado que la ciudad dispone de entornos seguros para hacer deporte”, dijo Ibabe.

Aunque la pandemia cortó la tendencia ascendente de abonados a la Kirol Txartela, se produjo un incremento de personas abonadas mayores de 65 años, que suponen ya el 9,7% del total, más que el año anterior (9%). Tras la reapertura de las instalaciones hubo un descenso de usuarios mayores, por temor al virus, aunque al final de año se notó un incremento de socios en esta franja de edad. También creció un punto la proporción de mujeres, que supusieron el 46,5% del total de abonados.

Ibabe se mostró satisfecho por los datos y recordó que tras el cierre decretado en marzo, la entidad “reaccionó de forma ágil y en una semana ya estaba ofertando cursillos online e informando adecuadamente a los abonados”. Sistemas de gestión de aforos en tiempo real, aplicaciones para la cita previa y devoluciones económicas por el tiempo en el que las instalaciones tuvieron que estar cerradas y por los cursos no realizados, así como la puesta en marcha de medidas de seguridad, ocuparon gran parte del trabajo de la entidad. Todo ello permitió, dijo Ibabe, que Donostia fuera “una de las primeras localidades de Euskadi en volver a abrir sus instalaciones deportivas y en ofrecer sus habituales campañas (Uda, Deporte Escolar, Kirol Ekintzak y Aukeran), aunque condicionadas por las medidas sanitarias.

Los eventos deportivos fueron solo once a lo largo del pasado año. El cross de la Gimnástica de Ulia, las regatas de La Concha, el Torneo Internacional de Natación y la final de la Women Champions League de Fútbol fueron algunos de ellos. “Queremos tener todo preparado para cuando se puedan volver a celebrar porque no solo es deporte sino también una fuente económica”, dijo Ibabe.

La suspensión de gran parte de las pruebas populares ha provocado que las subvenciones concedidas por Donostia Kirola bajaran un 18% el pasado año. Este descenso se produjo también en otros aspectos económicos de la institución, como en los ingresos y gastos. Los ingresos se quedaron en un 74% de lo previsto y los gastos también bajaron un 70%. La institución compensó a las empresas de monitores y socorristas para que los trabajadores de estas contratas mantuvieran sus salarios, según explicaron los responsables. Asimismo, devolvieron 864.000 euros a los usuarios por cursos no realizados y periodos de cierre. La situación económica supuso que el nivel de autofinanciación de la entidad bajase dos puntos, explicó Landa, y se quedase en un 52,4%.

Los centros más utilizados no cambiaron. A lo largo del pasado año, el polideportivo más frecuentado fue el Paco Yoldi, con 250.000 usos. Le siguieron Benta Berri, con 187.000; Zuhaizti, con 135.000; Bidebieta, con 134.000; Intxaurrondo, con 133.000; y Etxadi, con 130.000.