o son muchas -su presencia en espacios públicos de Donostia representa menos del 10%-, pero algunas calles y plazas de la capital guipuzcoana llevan el nombre de mujeres. Nombres y apellidos que se asocian a un espacio de la ciudad y no a la persona y a la historia que hay detrás. Por ello, el grupo Berdintasuna del Distrito Este y varias asociaciones de mujeres han querido reivindicar y dar a conocer su aportación a la sociedad donostiarra mediante seis placas informativas.

"Conocemos sus nombres porque son calles, pero no sabemos quiénes son. Era una oportunidad para reconocerlas, no solo a ellas, sino también a todas las demás donostiarras", explica Ana Txurruka, técnica del Negociado de Igualdad del Ayuntamiento. Este departamento aceptó la propuesta de las asociaciones de mujeres de Intxaurrondo, Herrera, Altza y Larratxo de colocar placas informativas en aquellos puntos del Distrito Este en los que el espacio lleve el nombre de una mujer.

En total, en todo el distrito se dan cita nueve espacios dedicados a ellas, en los que seis ya se han puesto las placas. Los otros tres se pondrán más adelante. "El porcentaje de mujeres en los espacios públicos de la ciudad no llega al 10%, por lo que las pocas que hay, al menos tendremos que visibilizarlas", apunta Txurruka.

De este modo, gracias a estos atriles, los donostiarras pueden saber más de perfiles -"desde reinas hasta profesoras"- y épocas y siglos muy diferentes entre sí: la andereño María Dolores Goia, una de las impulsoras de las ikastolas que sufrió el exilio en la Guerra Civil antes de regresar a Donostia para dar clases de euskera de forma clandestina; Alice Gordon Gulick, bostoniana que fundó en 1881 una escuela-internado de gran prestigio para mujeres en la actual Avenida de la Libertad; Carmen de Burgos Colombine, escritora almeriense y una de las primeras periodistas y corresponsales de guerra del Estado; Joana de Albret, reina de la Baja Navarra que fomentó la traducción del Nuevo Testamento al euskera; e Ignacia de Zabalo Nornai, considerada la primera mujer dibujante e ilustradora vasca.

A ellas se le suma una placa en recuerdo a todas las bateleras que desde comienzos del siglo XVII se encargaron de pasar en sus barcos o botes a la gente de un lado a otro del puerto de Pasaia. Porque, precisamente, uno de los objetivos de la iniciativa es también dar a conocer aquellas profesiones históricamente feminizadas como las de las cigarreras, las enfermeras o las propias bateleras, las tres con una plaza dedicada a ellas.

Las placas cuentan con una imagen de la protagonista junto a un pequeño texto informativo sobre su biografía y sus aportaciones sociales, y están colocadas en diferentes puntos de Intxaurrondo, Bidebieta y Buenavista.

Al situarlas en estos lugares, precisamente, se pone en valor el peso que tuvieron no solo en el conjunto de la ciudad, también en la dinámica de los barrios. "Muchas veces este papel ha sido obviado e incluso olvidado, pero su aportación ha sido imprescindible y venía siendo hora de reconocerlo", apunta la concejala de Igualdad, Ane Oyarbide.

Ahora, el objetivo de la concejalía de Igualdad del Consistorio es ir incrementando la presencia de nombres en femenino en la ciudad y, reivindicar así la aportación que ellas han tenido en la vida donostiarra a lo largo de la historia.

Dibujante e ilustradora

Considerada la primera mujer dibujante e ilustradora de Euskadi, firmaba sus trabajos con el nombre artístico de Nornai.

Profesora

Andereño y una de las impulsoras de las ikastolas, se exilió tras la Guerra Civil. A su regreso dio clases en euskera de forma clandestina.

Pedagoga

Nacida en Boston (EEUU), fundó en 1881 una escuela-internado de gran prestigio para mujeres en la actual Avenida de la Libertad.

Escritora, periodista y corresponsal

La escritora almeriense es considerada la primera periodista y corresponsal de guerra del Estado. Trabajó en diversos periódicos.

Profesión

Desde comienzos del siglo XVII las bateleras se encargaron de pasar en sus barcos o botes a la gente de un lado a otro del puerto de Pasaia.

Reina de la Baja Navarra

Madre de Enrique III de Navarra y IV de Francia, Joana de Albret fomentó la traducción al euskera del Nuevo Testamento.