- "La coordinación es continua y muchas decisiones se adoptan en mi mesa". Así se refirió ayer el alcalde de Donostia, Eneko Goia, a la actuación del Ayuntamiento de Donostia respecto a la obra del Topo, una intervención que depende de la empresa del Gobierno Vasco ETS, "competente en materia ferroviaria", según recalcó en la comisión de Pleno de Espacio Público, donde añadió que "no es cierto que haya comenzado la obra sin conocer la tipología del terreno".

Goia compareció en la reunión para responder a las preguntas que habían formulado los grupos de la oposición, EH Bildu, Elkarrekin Donostia y PP, sobre el desprendimiento registrado en uno de los túneles de la obra del Topo, que motivó la apertura de un socavón en el sótano del número 8 de la calle Zubieta, el descalce de una zapata del edificio y el desalojo de sus habitantes, que durmieron tres noches fuera de sus hogares por seguridad.

Las formaciones de la oposición reclamaron al Ayuntamiento "garantías" de que "los donostiarras estamos seguros con esa obra", según dijo la concejala de EH Bildu Garbiñe Alkiza, una reclamación que compartieron los portavoces del PP, Borja Corominas, y Elkarrekin Donostia, Aitzole Araneta. El alcalde, por su parte, insistió: "Soy también de los que no quieren más sobresaltos con esta obra" y recalcó que se "preocupa y ocupa" de la obra, aunque dependa de otra institución, por lo que el departamento de Urbanismo ha presentado un listado de exigencias a ETS para el reinicio de la actividad en el punto dañado.

Ante las acusaciones de falta actuación formuladas por EH Bildu, Goia respondió que ETS "tiene jurisdicción" para llevar esta obra en Donostia, lo mismo que la Diputación la tiene en la construcción de carreteras, y negó que el Ayuntamiento se haya desentendido aunque aclaró que no es responsable de llevar a cabo los estudios técnicos para su realización.

Goia señaló que tras el accidente del día 5 -a causa del corrimiento de arena y agua por una oquedad desconocida que conectaba con el túnel- se abrió un hueco bajo el edificio y la obra quedó parada en este punto a la espera de nuevos estudios complementarios que analicen con mayor detalle el subsuelo para detectar cualquier agujero que favorezca un deslizamiento y hundimiento del mismo, como sucedió en aquella ocasión. "En cuanto tengan los estudios se podrá retomar la obra y quizás haya cambios en el sistema constructivo, lo que podría afectar al ritmo de los trabajos", señaló Goia. Asimismo, añadió que el edificio afectado por el socavón "estará en vigilancia continua en los próximos meses".

Según relató, a las 2.30 horas de la madrugada del día 5 se produjo un desprendimiento en el tramo de túnel entre Miraconcha y Easo, en la "retaguardia" del frente de la obra, que ya discurría a 120 metros del lugar, y que tras una primera inspección por el entorno no se encontró nada ya que no se vio el socavón "oculto" en un sótano de un edificio. El viceconsejero de Transportes le informó de la situación, dijo Goia, a las 12.00 horas, "porque he dado orden de que se me informe de todo", pero no fue hasta más tarde cuando un fontanero que investigaba la falta de agua en el edificio se encontró el socavón y el pilar movido, con el consiguiente peligro, que se atajó, de mutuo acuerdo entre el Ayuntamiento y ETS, con el relleno del agujero con hormigón y nuevos estudios, para los que se trajo un georradar.

El alcalde recordó que uno de los dos tramos de la obra Miraconcha Lugaritz está excavado al 100% mientras que el segundo (Miraconcha-Easo) en el que se produjo el hundimiento, lo está al 60% y recordó que la obra que se está desarrollando es grande y que hasta el momento ha tenido otras incidencias de diferente calado, como ruidos y vibraciones, caso de las que hicieron que el Consistorio reclamara a ETS anular la obra por las noches en Amara Zaharra. Asimismo, recordó que "se demostró" que el desprendimiento de una ladera de la avenida de Zarautz no estuvo originado en la obra.