El incremento de operaciones que registra el aeropuerto de Hondarribia en las últimas semanas se ha encontrado con un invitado indeseado que está obligando a desviar algunos vuelos. La niebla con la que se está levantando el País del Bidasoa en las últimas jornadas ha provocado que al menos los dos primeros vuelos del Viernes Santo terminen en Bilbao.

Poco antes de las 8:00 horas debía tomar tierra el vuelo VY2486 procedente de Barcelona. La aeronave de Vueling ha partido poco después de las 6:30 horas del aeropuerto de Josep Tarradellas-El Prat y en menos de una hora estaba en disposición de aterrizar en Hondarribia, pero la txapela de niebla que cubría la pista le ha obligado a dirigirse a Bilbao, tras un tiempo de espera y un intento de tomar tierra.

El siguiente vuelo en llegar era el IB498 procedente de Madrid, que ni siquiera ha intentado bajar. Tras un tiempo de espera en la costa, entre Jaizkibel y Donostia, el comandante de la nave ha sobrevolado la capital y tras dirigirse hasta Bergara, ha enfilado la pista de aterrizaje vizcaina, adonde ha llegado poco después de las 8:30 horas.

Del mismo origen pero con mayor éxito ha llegado el siguiente vuelo previsto en Hondarribia. Con más de una hora de retraso, eso sí, ha partido el segundo avión de la jornada que une Madrid y Gipuzkoa, donde ha aterrizado pasadas las 13:45 horas, cuando debía llegar a las 13:00 horas. La ruta inversa que debe realizar la aeronave también partirá con retraso.

Pese a las distintas mejoras tecnológicas que Aena ha incorporado al aeródromo guipuzcoano, los desvíos por niebla no son un fenómeno del todo infrecuente. Sin ir más lejos, el primer vuelo del miércoles, el IB498 procedente de Madrid, tuvo que terminar en Bilbao. Los otros tres vuelos procedentes tanto de Barajas como de Barcelona pudieron operar sin problema.