elegancia y color. Las mujeres que dirigen la pirotecnia Nanna presentaron ayer una colección elegante, variada, con mucha fuerza y color que gustó a los donostiarras congregados alrededor de la bahía y que fue respondida con gritos de admiración y aplausos tras cada una de las tandas. Encendió el cielo con colores fuertes y a la vez sutiles, lo llenó de corazones rojos, de palmeras inabarcables y de flores sin perder el ritmo. En una de las tandas se atrevió a jugar con el blanco y negro y dejar de lado los demás colores: el intento gustó. Arriesgó y acertó. La traca final fue de esas que gustan en Donostia, un derroche de pólvora y desconcierto con estruendosos lanzamientos que hicieron retumbar La Concha. Tras un inicio tímido, el nivel de este año sigue subiendo y con su espectáculo de ayer las italianas han presentado su candidatura para lograr el primer premio de este año. Foto: Iker Azurmendi