Donostia. El Ayuntamiento de Donostia ha encargado el proyecto de derribo de una piscina y un garaje construidos en la finca Labeas de Ulia de modo ilegal, según han ratificado los tribunales en sentencia firme.

El Consistorio ha optado por encargar por su cuenta el plan de derribo ante la negativa de los dueños a hacerlo. Una vez que esté elaborado el documento, los propietarios de la finca tendrán la oportunidad de demoler las dos construcciones ilegales o, si no lo hacen, será el Ayuntamiento quien ejecute la actuación y posteriormente se la cobrará, si hace falta acudiendo de nuevo a los tribunales.

Así lo confirmó a este diario el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, que reconoció que la restitución de la legalidad urbanística es muy laboriosa en casos como el de la finca Labeas, ya que cada actuación denunciada queda en manos de los tribunales y es necesario que se posicionen de modo definitivo antes de dar pasos concretos, como el de la demolición, en este caso.

La finca Labeas es una propiedad sobre la que pesan numerosos pleitos en los tribunales, que no solo afectan a la piscina y al garaje sino, también, a otras actuaciones relacionadas con los edificios de esta parcela, que ocupa el terreno de un antiguo caserío.

La Asociación de Vecinos de Ulia comenzó hace diez años a presentar denuncias sobre actuaciones irregulares en este terreno. Durante este tiempo, el Ayuntamiento ha ido comprobando también la ilegalidad de otras actuaciones denunciadas por los vecinos, como la construcción de dos edificaciones pegadas a las viviendas originales, que también han sido declaradas ilegales por los tribunales.

afección a paredes En este caso, la devolución de la situación a la legalidad será "más complicada", según Burutaran, ya que el derribo de añadidos afectará a las paredes del inmueble original, que sí es legal. Además, los tribunales también han declarado ilegal la construcción de una pista y una escollera, que deberán ser suprimidas.

La actual finca Labeas se asienta en los terrenos del caserío del mismo nombre que se encontraba en ruinas. En su lugar se construyeron dos viviendas unifamiliares, a las que se fueron añadiendo metros cuadrados de modo ilegal, según las sentencias de los tribunales, y en algunos casos sin licencia. Para acceder al terreno también se abrieron tres pistas y se construyó una escollera, que están igualmente pendientes de decisiones judiciales.