La tecnología es la disciplina que se ocupa de conocer y comprender los objetivos y fenómenos ya existentes. Trata de crear productos y servicios que no existen todavía, pero que son necesarios. Se desarrolló antes que la ciencia, porque respondía a la necesidad práctica e inmediata. En el siglo XXI las nuevas tecnologías están presentes en la vida cotidiana de cualquier ciudadano.

Los tiempos han cambio, y una nueva era de conexión se aproxima. Es una revolución digital a la que se suma la ciencia de alto impacto, que ha experimentado un desarrollo continuado en los últimos años vinculado a investigaciones pioneras como la nanociencia. Ciencia a nanoescala que va de 0,1 a 100 nanómetros (la millonésima parte de un milímetro) y que sirve para diversas disciplinas.

Hablar de tecnología, telefonía y ciberseguridad es abrir un campo enorme de conceptos. Así, las nuevas redes que posibilitan la mejor conectividad se instalan ya de manera acelerada en Euskadi, con el proyecto 5G, y en Navarra con la banda ancha ultrarrápida. Cada una con sus diferencias, pero tienen en común la rapidez en el tiempo de respuesta. La quinta generación de redes inalámbricas, que sustituirá a la existente 4G/LTE, reducirá por completo el tiempo de respuesta al enviar y recibir paquetes de datos a la vez que se aumenta significativamente la capacidad de comunicación entre dispositivos.

Ciberataques

El Centro Vasco de Ciberseguridad, organización designada por el Gobierno vasco, echó a andar en 2017 con el cometido de promover y reforzar la ciberseguridad en Euskadi. Los ciberataques están a la orden del día y cualquier información es válida para atacar de manera fraudulenta a los que están detrás de una pantalla.

Por su parte, se acaba de poner en marcha la creación del Navarra Cybersecurity Center, una herramienta que dará soporte a la ciudadanía y las empresas en materia de ciberseguridad y que contará con la colaboración con la UPNA (Universidad Pública de Navarra) para formar a personal específico en esta materia, según el Gobierno navarro.

La tecnología responde al deseo del hombre de transformar el medio y mejorar su calidad de vida

Es necesaria la protección frente a situaciones negativas que puedan darse en Internet y que avanzan con el tiempo. Las redes wifi se han convertido en un método esencial. El wifi cumple 22 años y desde su nacimiento ha cambiado la vida de los internautas y la sociedad en general. Sin duda, facilita el trabajo flexible, hecho que ha sido constatado debido a la crisis del coronavirus, ofrece datos de localización, conexión a máquinas y permite el contacto instantáneo con otros usuarios, entre un sinfín de posibilidades.

Medio siglo del correo electrónico

Además, el correo electrónico, el servicio que permite a los usuarios enviar y recibir mensajes, sopla 50 velas. Ambos sistemas de conexión tienen puntos flacos ya que cualquiera podría conectarse a una red wifi endeble, por lo que hay que mantener medidas de seguridad.

Y si saltamos a la ciencia, a la vanguardia de la nanociencia, está el centro CIC nanoGUNE cuyas tecnologías son de alto impacto social. Tienen logros como la monitorización de las constantes fisiológicas de los recién nacidos; el diagnóstico temprano del Alzheimer; la detección de microplásticos en los océanos o nuevas soluciones textiles.

Y en lo que se refiere a la punta del iceberg de estos sectores, la Diputación Foral de Bizkaia y liderado por Lantik, Quantum Ecosystem, están desarrollando un proyecto cuántico en beneficio de universidades, tejido empresarial y tecnológico, y la ciudadanía. Es el reto de entender la computación cuántica frente al pensamiento actual digital.

Una transformación que hay que iniciar desde abajo, formando a los profesores, en los grados de educación más básicos, generando un tejido de empresas industriales y de servicios que puedan dar soporte a la revolución que se nos avecina. Un mundo por descubrir.

Los primeros Planes Complementarios de Investigación

  • Las comunidades autónomas y el Gobierno central han firmado en el Consejo de Política Científica, Tecnológica y de Innovación, un acuerdo con los cuatro primeros planes de investigación conjuntos, a los que el departamento de Ciencia e Innovación aportará 169 millones de euros. Son los Planes Complementarios y están previstos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y estos cuatro primeros se centrarán en la Biotecnología aplicada a la salud, las Ciencias marinas, la comunicación cuántica y energía e hidrógeno renovable. Los Planes Complementarios son una nueva herramienta para la puesta en marcha de programas de investigación en áreas estratégicas, cogobernados y cofinanciados con las comunidades autónomas.Estos planes permitirán establecer colaboraciones y alinear los esfuerzos de la Administración central, las comunidades autónomas y los fondos europeos ante retos clave del Estado, respondiendo a los criterios de la UE para la aplicación de medidas transformadoras para la economía en el Plan de Recuperación. En total, se han previsto ocho Planes Complementarios, que movilizarán 456 millones de euros hasta 2025, de los que el Ministerio financiará 299 millones (el 66 % del presupuesto total) y las comunidades 157 millones (el 34% restante).
  • Todas las comunidades autónomas presentaron proyectos, en al menos dos de las áreas previstas, y todas han sido seleccionadas para al menos un programa. Entre las iniciativas en las que toman parte la CAV y Navarra está el programa de biotecnología aplicada a la salud, con un inversión total de 32 millones de euros. Está dirigido al desarrollo de herramientas biotecnológicas que faciliten el despliegue de la Medicina Personalizada de Precisión. En su ejecución colaborará Euskadi, con Castilla-La Mancha, Extremadura y Cataluña. Además, participará Galicia como socio estratégico y con fondos propios.
  • El programa de energía e hidrógeno renovable está orientado al desarrollo de acciones estratégicas basadas en el hidrógeno que, de forma coordinada con otras iniciativas, facilitarán la transformación del paradigma energético actual y contribuirán a minimizar la emisión de gases de efecto invernadero. En su ejecución participarán País Vasco, la Comunidad Foral de Navarra, Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias, Extremadura y Comunidad de Madrid, así como el CSIC, y cuenta con 89 millones de inversión.