El Banco de Inglaterra anunció ayer que comprará deuda pública británica a largo plazo para tratar de estabilizar ese mercado, que se ha visto alterado tras el anuncio del Gobierno de Liz Truss de un plan de recortes fiscales para priorizar el crecimiento.

El banco central señala que “si la disfunción en este mercado continuara o empeorara”, con un incremento aún mayor de la prima de riesgo, “habría un riesgo material para la estabilidad financiera del Reino Unido”. Ello “daría lugar a un injustificado endurecimiento  de las condiciones de financiación y a una reducción del flujo de crédito a la economía real”, advierte. Para abordar la situación, la institución llevará a cabo su compra de deuda hasta el 14 de octubre.