La lista de negativas a la propuesta de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de topar el precio de los alimentos la siguen engordando los productores y ganaderos. Los que son el primer eslabón de la cadena alimentaria tildan de “ocurrencia” la idea. 

El coordinador de ENBA, Xabier Iraola, afirma que el precio de venta al público (PVP) que pagan los consumidores es el final de un proceso y limitar el PVP en una cadena que participa tanta gente es “empezar la casa por el tejado”. “La casa tiene que tener unos cimientos sólidos que son los productores en el caso de los alimentos y esos cimientos están trabajando a pérdidas y los que cubren costes, no ganan dinero”, asegura Iraola, quien además añade que “con esa coyuntura, desde luego, no hay futuro”. Una opinión a la que se suma el director gerente de Udapa, Alfonso Sáenz de Cámara, quien mantiene que el sector ganadero tiene cada vez “menos activos” y “menos productores” y que “o se traslada a los precios de una forma sostenible, o sino los productores no van a poder aguantar”. “Estamos en unos márgenes muy ajustados, hasta negativos, y el que puedan hacer eso las cadenas alimentarias al final va a ser en detrimento para todos”, asegura Karmele Pikabea, gerente de Euskaber.  

A esta idea se suma que “más que limitar precios habría que hablar de precios dignos y justos y una mejor redistribución de la cadena de valor”, tal y como menciona Juanma Garro, ganadero y presidente de Lacturale. En este sentido, José Pablo Larrea, ganadero de Baserria KM0, plantea que si “congelamos los precios pero los costes de producción están por encima… ¿quién se queda sin cobrar su parte?”. A lo que Sáenz de Cámara añade que la iniciativa de la vicepresidenta no es más que “una cortina de humo, una ocurrencia” que solo sirve para “engañar a la ciudadanía”. Además, a juicio de Sáenz de Cámara, la polémica propuesta no es más que una “operación ‘marketiniana’’’ para las distribuidoras. “Aquí hay seis o siete cadenas que tienen el 80% del mercado y lo que estamos haciendo con esta ocurrencia es dirigir aún más a la gente a la gran distribución”, se molesta Iraola, quien pide además que no se haga “más propaganda a la gran distribución”.

“Más que limitar los precios habría que hablar de una mejor redistribución”

JUANMA GARRO REDÍN - Ganadero y presidente de Lacturale

Asimismo, el coordinador de ENBA insta al Gobierno a cumplir la Ley de Cadena Alimentaria que dice que todos los eslabones de dicha cadena tienen que cubrir costes y ganar un margen razonable, “tanto el productor como la industria y las cooperativas o la propia distribución”. Sin embargo, Iraola matiza que existe “una posición de dominio por parte de la distribución en el conjunto de la cadena” y Garro considera que “la gran distribución tiene la solución a todo esto” y esa solución “pasa por poner los precios reales de lo que cada producto vale, sin desvirtuar, sin utilizar productos como gancho, haciendo que cada eslabón de la cadena cobre el precio digno y justo”. “ Lo que habría que hacer es buscar a los verdaderos especuladores de esta situación, y exigimos a los políticos que los encuentren y paguen por su especulación”, sentencia Garro. 

Los consumidores

Los consumidores. Según los productores y ganaderos vascos, parte del poder está en los consumidores que nos hemos vuelto “superexigentes” y eso conlleva “un gran desperdicio en el origen”, asegura Sáenz de Cámara. “Hemos pasado de aprovechar un 80% de producto a un 55%. El consumidor final se ha vuelto superexigente con la estética del producto y esto hace que en la cadena haya unas pérdidas terribles e incide en los precios”, dice.