Los riesgos para las previsiones de actividad económica y de inflación dependen en gran medida de la evolución del conflicto entre Rusia y Ucrania y, en particular, de sus repercusiones sobre el suministro de materias primas a Europa.

Esta situación de inflación que afecta no solo a Euskadi sino a toda Europa, podría avivarse a medio plazo debido a factores estructurales como la transición a una energía sostenible, un retraso de las inversiones, cambios demográficos o problemas en las cadenas de suministros, según datos de Oliver Wyman.

En su informe El impacto de la inflación en la banca europea, se presentan tres posibles escenarios, entre los cuales el más favorable supone que los bancos centrales logren contener la inflación sin que esta tenga un impacto en la economía y evitando otros problemas como el aumento del desempleo.

Un segundo escenario donde una inflación elevada obligaría a adoptar medidas “más duras” y que podrían tener consecuencias sobre el PIB en los próximos dos años.

Y, por último, el escenario que nadie querría que aconteciera, una situación de estanflación, con una alta inflación que las políticas monetarias no serían capaces de solventar y que conllevaría una desaceleración del crecimiento económico durante varios años y desencadenaría una espiral de precios “compleja de romper”.

Así, será necesario que los bancos cuenten con nuevas herramientas para solucionar la subida de los precios y asegurar la protección de las relaciones con sus clientes. – E. U.