El Gobierno español ha mantenido su previsión de crecimiento de la economía española en el 4,3% para este año, pero ha recortado ocho décimas su estimación para 2023, hasta el 2,7%, en un contexto de elevada incertidumbre por el impacto de la guerra en Ucrania y la escalada de precios, especialmente los de la energía.

Así lo ha avanzado la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este martes, donde ha defendido que "todo sigue apuntando a un fuerte crecimiento de la economía española".

Estas nuevas previsiones del Ejecutivo están alineadas, según Calviño, con las estimaciones realizadas por el conjunto de organismos nacionales e internacionales, que en las últimas semanas han revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento para el PIB español. Por ejemplo, la Comisión Europea estima un crecimiento del 4% este año y del 2,1% el próximo, mientras que el Banco de España lo sitúa en el 4,1% en 2022 y en el 2,8% en 2023.

Y es que el alza de los precios de la energía, junto con el impacto negativo sobre las principales economías europeas fundamentalmente la alemana, están ralentizando la recuperación de la economía española tras la pandemia, que se había acelerado en el segundo semestre de 2021.

"El principal reto de la economía española en este momento es la inflación", ha reconocido la vicepresidenta primera, quien ha asegurado, no obstante, que las medidas impulsadas por el Gobierno están limitando el Índice de Precios al Consumo en más de 3,5 puntos porcentuales.

A la espera de conocer el dato adelantado del PIB para el segundo trimestre, que dará a conocer el INE el próximo viernes, Calviño ha asegurado que todos los indicadores avanzan un fuerte crecimiento de la economía española también entre abril y junio.