La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendió ayer que no es momento para aumentar ganancias y dividendos y que, incluso con el futuro impuesto sobre los beneficios extraordinarios, hay margen para que las empresas afectadas mantengan sus planes de inversión y contengan los precios.

“Más que incrementar beneficios y reparto de dividendos”, las energéticas deberían concentrarse “en dos cosas: Contención de precios (...) y dedicar recursos para poder acelerar lo que les permita seguir obteniendo beneficios en los próximos años”, señaló ayer en referencia a la electrificación.

Para la ministra, en el contexto actual –de precios energéticos altos– el margen de beneficios de las energéticas es tal que les permite “garantizar la reinversión” y además “aportar esos beneficios extraordinarios para el conjunto de los ciudadanos”. “No es razonable permitir que se incrementen exponencialmente los beneficios de algunas compañías que por el modo en el que se articulan los precios ven incrementado ese margen, sin que ello esté suponiendo un incremento de costes”, defendió.

Ribera señaló así que el nuevo impuesto se establecerá sobre los beneficios de más que las empresas energéticas obtengan con un mismo volumen de ventas, aunque reconoció que Hacienda aún trabaja en el diseño de este tributo, así como en el de la banca, con los que el Gobierno central quiere recaudar en conjunto unos 3.500 millones de euros anuales.