- La invasión de Ucrania y su impacto sobre la inflación y las perspectivas de crecimiento ha amplificado vulnerabilidades existentes, aumentando los riesgos para la estabilidad del sector financiero, a juicio del Banco Central Europeo. “Han aumentado los riesgos para la estabilidad financiera a través de su impacto en prácticamente todos los aspectos de la actividad económica y las condiciones financieras”, advirtió ayer el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, al presentar del informe Revisión de Estabilidad Financiera.

El análisis del BCE constata que las condiciones de estabilidad financiera en la zona del euro han empeorado a medida que la invasión rusa de Ucrania ha impulsado al alza los precios de la energía y las materias primas, agravando los riesgos para la inflación y el crecimiento de la región. En este sentido, advirtió de que, si bien la reacción del mercado a la invasión ha sido en gran medida ordenada, los precios de las materias primas y la energía se han mantenido elevados y volátiles, provocando cierta tensión en los mercados de derivados y, a pesar de los ajustes recientes, algunos activos siguen expuestos al riesgo de nuevas correcciones en caso de que las perspectivas de crecimiento se debiliten aún más y/o la inflación resulte significativamente superior a la esperada.

Al mismo tiempo, el BCE alertó de la posibilidad de que quiebren empresas en la zona del euro y de que caigan los precios en los mercados inmobiliarios si los tipos de interés suben de forma abrupta.

No obstante, el vicepresidente del BCE afirmó que la prioridad de la entidad monetaria ahora es “garantizar la estabilidad de precios”, ante la fuerte subida de la inflación porque se han disparado los precios de la energía. De Guindos hizo hincapié en que la situación económica de la zona del euro se ha deteriorado, debido a la guerra, respecto a la de hace seis meses, cuando el BCE publicó su anterior informe sobre los riesgos para la estabilidad financiera. La economía de la zona del euro crece menos, tiene una inflación mucho más elevada y unas condiciones financieras menos benignas y esto puede afectar a la solvencia de las empresas, según el vicepresidente del BCE.