- El anuncio del Gobierno, el pasado miércoles, de incrementar hasta los 1.000 euros el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), ha reabierto múltiples debates sobre sus efectos en el PIB y el consumo, pero sobre todo en el empleo. Diversos estudios publicados después de otras subidas del SMI revelan una desaceleración en el crecimiento de los puestos de trabajo, pero también muestran que se trata de un componente fundamental para garantizar una mayor igualdad social y del que se benefician, principalmente, los jóvenes, las mujeres, los trabajadores con contratos temporales y los que disponen de menores niveles educativos en su currículum.

El Salario Mínimo Interprofesional ha registrado cuatro aumentos desde el año 2018, pasando sucesivamente desde los 735 euros hasta los 1.000 euros. Es decir, más de un 25%. Sus efectos ayudaron a corregir la brecha social abierta, sobre todo, tras la Gran Recesión en 2008. “Entre 2017 y 2020, el crecimiento medio anual del SMI fue del 10% en términos nominales, lo que ha supuesto una ganancia de poder adquisitivo acumulada con respecto a 1983 del 38%, similar a la de otra variable nominal aprobada por el Gobierno, como son las pensiones mínimas (40%), y claramente superior a la de los salarios pactados en convenio (4%)”, proclama el informe Los efectos del Salario Mínimo Interprofesional en el empleo, publicado por el Banco de España el pasado mes de junio y que analiza el escenario tras el incremento de 2019, el más fuerte en el recorrido histórico del SMI, al pasar de 735 a 900 euros.

El documento constata como esa mejora del SMI benefició principalmente a trabajadores jóvenes -sobre todo, entre 16 y 32 años-, empleados con contratos temporal y pertenecientes a empresas de cinco o menos miembros. Por sectores, el primario, con la agricultura a la cabeza, es donde se concentra la mayor bolsa de favorecidos. “Las diferencias no son grandes entre hombres y mujeres”, indica el texto.

Los analistas del Banco de España recogen también los efectos del SMI en la creación de empleo que, efectivamente, sufrió una “moderación”, aunque advierten de que que no puede ser atribuida exclusivamente a la subida de este salario, ya que operan factores de ajuste en las empresas como los precios, los márgenes de beneficio o la formación. “Por cada punto porcentual de subida del SMI, se produce un menor crecimiento del empleo de los trabajadores directamente afectados de entre 0,3 y 0,5 puntos porcentuales”, una desaceleración que afecta, igualmente, a trabajadores con salarios inferiores a 1.250 euros, temporales y jóvenes.

Para los expertos, “la caída del empleo se debe, sobre todo, al hecho de que el menor crecimiento de contratos con salarios por debajo del nuevo SMI no ha sido compensado totalmente por una subida similar de contratos en referencias algo superiores al nuevo SMI”. El argumento de la reducción de nuevos empleos es el esgrimido por la CEOE para oponerse a la subida. Otras voces, más optimistas, aseguran que los fondos europeos y la mejora en la crisis sanitaria generarán un auge sostenido del empleo que hara inapreciables los posibles efectos negativos del incremento del SMI.

Incremento

El Gobierno central anunció el pasado miércoles la subida del SMI desde los 965 euros en los que había quedado establecido en septiembre hasta los 1.000 euros mensuales. Un acuerdo pactado con UGT y CCOO y con la oposición de la CEOE

Empleo

El informe del Banco de España que estudiaba los efectos tras la subida de 2019 destaca que los contratos con ingresos como máximo de 1.250 euros “presentaron un menor crecimiento” que los que cobraban salarios superiores. No obstante, advierte, en esa circunstancia influyen más variables.

Recuperación

Los expertos del Banco de España constatan también que, desde la crisis financiera iniciada en 2008, “la creación de empleo en España, en especial de trabajos de poca cualificación, ha estado rezagada respecto a los niveles que se observaban anteriormente”.