- El sistema de pensiones, ya tensionado con los continuos desajustes entre los ingresos y los gastos de la Seguridad Social que cada vez se acentúan más, va a recibir un nuevo embate a partir del próximo año, cuando la generación del baby boom, aquellas personas que nacieron entre 1957 y 1977, comience a jubilarse. Representan el colectivo social más numeroso en una pirámide poblacional muy desequilibrada y en Gipuzkoa lo integran 159.697 trabajadores que situarán el sistema de pensiones en dificultades.

La reforma de las pensiones que ya ha superado su primer escollo al obtener una primera aprobación en el Congreso recoge la preocupación general sobre la sostenibilidad de un sistema que durante décadas ha presentado déficit. Solo el pasado año la Seguridad Social tuvo pérdidas en la CAV que ascendieron a 4.186 millones de euros porque los 5.481 millones recaudados de las contribuciones no fueron capaces de responder al desembolso de 9.667 millones de euros abonados en prestaciones.

La situación además tiende a agravarse. Los baby boomers tienen largas carreras de cotización con sueldos elevados que encarecen las pensiones. De hecho, en Gipuzkoa la base media de cotización se encuentra en la actualidad en 2.330 euros mensuales, por encima de la de Bizkaia y algo más baja que la de Álava.

En correspondencia, y según los datos de la Seguridad Social, en Gipuzkoa las pensiones medias han crecido un 20% en la última década y los 128.692 jubilados cobran en la actualidad 1.386,72 euros mensuales, lo que representa el 71% del salario medio en el territorio.

En el reparto actual, las cotizaciones de las personas más jóvenes tienen que sufragar estas pensiones de jubilación y en este punto surge el problema. Los nacidos después de 1977 representan un porcentaje de población mucho menor que la generación anterior y sus trabajos están peor retribuidos, con lo que su contribución a la Seguridad Social no logrará cubrir el desembolso que se intensificará a partir del próximo año.

Los datos apuntan a que, cuanto mayor es el profesional, el salario medio anual también es más alto. Así, los trabajadores entre 56 y 65 años tienen de media un sueldo anual de 31.024 euros, cifra que baja a 30.302 euros en el caso de los que tienen entre 46 y 55 años. Sin embargo, los de la década anterior cobran 27.297 euros y quienes se encuentran entre los 26 y 35 años llegan a los 21.781 euros anuales.

Para tratar de compensar este desfase, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha llegado a un acuerdo con UGT y CCOO en el seno de las negociaciones sobre la reforma de las pensiones para incorporar el denominado mecanismo de equidad intergeneracional que sustituirá al factor de sostenibilidad aprobado en 2013 por el Gobierno del PP aunque, en la práctica, no ha llegado a aplicarse.

El nuevo instrumento contempla la subida de las bases de cotización un 0,6% durante diez años, con el objetivo de dotar a la "hucha de las pensiones" de mayores ingresos. El reparto de este incremento se realiza entre el empresario, que cubrirá el 0,5% y el trabajador, que aportará el 0,1% restante.

Esta medida, contra la que se ha mostrado la patronal española CEOE, tiene como consecuencia la resta de una media de dos euros mensuales de la nómina del trabajador, mientras que a la empresa el profesional le costará doce euros más para un salario de 2.000 euros.

"Es evidente que esto no va a ser suficiente", advierte Mikel Noval, responsable del servicio de estudios de ELA, que reclama romper con la "lógica del pacto de Toledo", por la que se establece una financiación del sistema mediante las cotizaciones sociales.

A juicio del sindicato vasco, es necesario echar mano de los impuestos para cubrir un agujero que ya ha obligado al Gobierno central, una vez agotada la "hucha de las pensiones", a realizar aportaciones extraordinarias.

De hecho, para llegar a los 50.000 millones planteados por el ministro Escrivá en 2033, el fondo que se vaya creando con estas aportaciones extraordinarias debería obtener una rentabilidad anual cercana al 7%. Algo prácticamente imposible de conseguir si no se invierte en activos de riesgo.

378 .000

pensiones de jubilación se abonan en la actualidad en la CAV, con una cifra media de 1.465 euros, un 20% por encima de la cifra estatal.

70%

del salario medio vasco es la proporción de las pensiones de jubilación, con una tasa de sustitución del 83% a nivel estatal.

Demografía. Como a tantas otras cuestiones, España llega con retraso a la jubilación de su generación más numerosa. Mientras que en buena parte de los países de Europa el boom de los nacimientos se situó entre 1946 y 1965, en España, bajo el yugo de una dictadura y con una economía de subsistencia hasta mediados de los años 50, este fenómeno se retrasó. También en la CAV, donde la curva de nacimientos no comienza a debilitarse hasta finales de los años 70. La relación entre el último salario y la primera pensión, alcanza en España el 83%, solo por detrás de Italia (91,8%) y Turquía (93,8%), según los datos de la OCDE. Como quiera que en buena parte de los países los salarios son más altos, esta tasa de sustitución es algo más baja.