- La economía española creció un 2% en el tercer trimestre del año, lejos del 3% que esperaban buena parte de los analistas. Contra todo pronóstico, el crecimiento del PIB se vio impulsado en los meses del verano por la inversión, que aumentó un 1,3%, y las exportaciones.

Por el contrario, el consumo se contrajo un 0,3%, en contraste con el avance del 3,5% que experimentó entre abril y junio. El de los hogares retrocedió un 0,5%, frente al repunte del 4,7% del trimestre anterior, mientras que el gasto público moderó su crecimiento trimestral ocho décimas, desde el 0,9% del segundo trimestre al 0,1% del tercero.

Este crecimiento moderado del PIB va en consonancia con la media de la UE (2,1%) y la Eurozona (2,2%). Del crecimiento en las economías del euro han tirado sobre todo Francia, con un aumento de su PIB del 3%, muy por encima del 1,3% del segundo trimestre, e Italia, con un incremento del 2,6%, una décima inferior al obtenido en los tres meses previos.

Por contra, el Estado español se encuentra entre las grandes economías que se han quedado en tasas más bajas de crecimiento junto con Alemania, cuyo PIB subió un 1,8%, una décima menos que entre abril y junio. A diferencia que en el Estado español, el consumo privado ha dado el principal impulso económico en Francia, Italia y Alemania, país este último que se ha visto especialmente afectado por la escasez mundial de suministros, la cual restó un 1% a su PIB, según los cálculos del Instituto de Investigación Económica alemán (Ifo).

Pese a que el desempeño de la economía europea en el tercer trimestre fue algo mejor de lo previsto, los analistas esperan una moderación hacia final de año debido al desvanecimiento del efecto rebote del levantamiento de restricciones y a los persistentes problemas en las cadenas de suministros, que perjudican al sector manufacturero.

El crecimiento del 2% de la economía española supone, no obstante, un importante acelerón con respecto al trimestre anterior, cuando registró un 1,1%. Sin tener en cuenta el crecimiento del 16,8% registrado en el tercer trimestre de 2020 tras el confinamiento, el avance del PIB entre julio y septiembre de este año es el más elevado desde el cuarto trimestre de 1972. Es, además, el segundo incremento trimestral consecutivo tras el que se dio entre abril y junio.

Tras conocerse los datos, el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, destacó que, en términos anualizados, el crecimiento trimestral en un 2% supone un avance de la economía española superior al 8%.

A su juicio, estos datos colocan al Estado español en una “buena posición” para afrontar el cuarto trimestre del año, en el que el balance de riesgos “va a estar marcado por los cuellos de botella en la oferta, el alza de los precios energéticos y su efecto en la inflación”.

Según UGT, estos datos son positivos, pero mostró su preocupación por la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento. El sindicato apuntó que “es imprescindible” proteger el poder adquisitivo de las personas trabajadoras, cuyas capacidades de consumo se están viendo recortadas a consecuencia del encarecimiento del precio de la factura eléctrica, afectando con ello al gasto final en consumo de los hogares.

Para ello, pidió reequilibrar la negociación colectiva para que los salarios crezcan de manera acorde al nuevo escenario y continuar aumentando el SMI.

“Con esto podremos evitar el aumento de las situaciones de pobreza, e incentivar los empleos de calidad, coherentes con el nuevo modelo productivo que buscamos”, recalcó el sindicato.

Del mismo modo, abogó por utilizar los fondos europeos Next Generation EU para implementar proyectos industriales “que tengan el calado suficiente para transformar nuestro patrón de desarrollo, de modo que se genere empleo productivo, estable y de calidad”.

Por su parte, la patronal española advirtió de que alcanzar los niveles precrisis puede retrasarse a 2023. “Aunque las perspectivas son favorables para la economía española para 2021 y 2022, previsiblemente se van a tener que corregir a la baja”, señaló la CEOE.

La patronal dirigida por Antonio Garamendi recalcó que es “fundamental” que no se implementen medidas que desincentiven el crecimiento económico, ya que según dijo su mero anuncio afecta negativamente a las expectativas de todos los agentes.

Además, la patronal avisó de que las previsiones de crecimiento del 6,5% en 2021 van a ser “muy difíciles de alcanzar”, incluso para las estimaciones que apuntaban a un aumento del PIB en el entorno del 5%.

De hecho, explicó que para alcanzar el 5% de crecimiento este año, el PIB en el cuarto debería crecer un 3,5% trimestral, por encima del segundo y tercer trimestre juntos. “Esto implica que se va a tardar más en alcanzar los niveles precrisis y que previsiblemente se van a revisar a la baja las perspectivas de crecimiento de la economía española para 2021”, adelantó la patronal.

También consideró que la composición del crecimiento introduce ciertos elementos de incertidumbre y riesgos a la baja. Entre ellos cabe destacar la caída del consumo de las familias, que en el tercer trimestre del presente ejercicio ha sido el principal causante de un crecimiento del PIB estatal inferior al previsto.

La CEOE citó otros factores que hacen peligrar la evolución al alza de la economía española como son el aumento de los costes empresariales, que hacen que los márgenes se sigan reduciendo este año, y la notable caída acumulada de la productividad, además del deterioro de los resultados empresariales en un contexto de cambios regulatorios.

Ascenso. El Euríbor cerrará el mes de octubre en signo negativo de alrededor del 0,478%, lo que representa una notable subida respecto al -0,492% que registró en septiembre. De confirmarse este dato, el Euríbor a un año se anotaría su valor mensual más alto desde octubre de 2020, cuando se colocó con un descenso del 0,466%. Esto supone que las hipotecas de 120.000 euros a 20 años con un diferencial de Euríbor +1% a las que les toque revisión experimentarán un abaratamiento de 7,94 euros en su cuota anual respecto al mismo mes del año pasado o, lo que es lo mismo, de 0,62 euros al mes.

Déficit. El déficit del conjunto de las administraciones públicas, excluida la ayuda financiera, se situó en 54.950 millones hasta agosto, lo que supone restar 24.571 millones a la cifra registrada un año antes, un 30,9% menos, por lo que desciende al 4,54% del PIB.