- La constitución formal de Maitelan arrancó un proceso que preveía desarrollar una fuerte campaña de difusión para darse a conocer y lograr un mayor volumen de negocio, pero la pandemia del coronavirus impidió realizar las acciones previstas que sus fundadoras confían en poder retomar durante este año.

“Nos está costando mucho trabajo”, admite María Elisa Peredo, quien cita como uno de los principales problemas no encontrar los suficientes encargos de servicio doméstico y cuidados que les permita cubrir una jornada completa laboral. Por este motivo, las socias trabajadoras deben compaginar su pertenencia a Maitelan con contratos para otras empresas.

El motivo económico se encuentra detrás de esta obligación. Peredo alude a la resistencia de las personas a pagar como correspondería por este tipo de atención y admite que, a pesar de que el precio que aplica Maitelan es el del mercado, de 16,5 euros la hora, los potenciales clientes quieren rebajar esta cifra.

Sin embargo, esta cantidad no es desorbitada, sino que es la adecuada para “cubrir a las trabajadoras en el régimen general de la Seguridad Social, lo que le da más derechos como al paro”. También menciona que sirve para pagar bajas y vacaciones y para garantizar “la sustitución inmediata y el seguimiento personalizado del servicio para corregir y mejorar la atención a la persona”.

Maitelan confía en incrementar este año el número de servicios y el de socios usuarios y colaboradores para lograr una solvencia administrativa que permita la autogestión del negocio, además de “ser un instrumento para dar trabajo en mejores condiciones a las personas que tenemos en bolsa de empleo”, añade Peredo.