- La oposición en bloque cargó ayer contra el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, y le negó su apoyo al acuerdo de pensiones firmado la semana pasada con los agentes sociales y que presentó en la Comisión del Congreso del Pacto de Toledo. Ninguna de las formaciones de la oposición avanzó su respaldo a esta reforma acordada con los sindicatos CCOO y UGT y las patronales CEOE y Cepyme, expresando bien sus recelos por las medidas alcanzadas o por las que están por negociarse, o bien directamente por haberse dejado parte de las medidas pendientes de acordar.

Por parte del PP, fue la propia portavoz parlamentaria de los populares, Cuca Gamarra, la que interpeló a Escrivá, asegurando que el acuerdo escenificado en Moncloa con sindicatos y patronal es “el trailer edulcorado de lo que está por venir”, que pasa por “pensiones más bajas”, un mayor déficit del sistema y falta de medidas para aumentar el empleo.

Asimismo, criticó que la primera parte de la reforma de Escrivá pase por derogar las reformas aprobadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2013, una “exitosa” reforma, y cuyo final considera “un gran error”.

Gema López Somoza, diputada del PSOE en el Pacto de Toledo, recordó a Gamarra que esa reforma “fue unilateral, no pasó por el Pacto de Toledo” ni tampoco contó con el acuerdo de sindicatos y patronales. “Esas reformas de las que mucho alardean pero ni llegaron a aplicar”, dijo, recordando que fue el propio Gobierno popular el que suspendió la subida del 0,25% y aplazó el factor de sostenibilidad para sacar adelante sus últimos presupuestos.

Escrivá replicó a Gamarra acusando de “inconsistente” su discurso tras el acuerdo y el apoyo alcanzado para renovar el Pacto de Toledo, y lamentó que “no hay derecho” que el PP caiga “otra vez en el regate corto de secuestrar a los pensionistas”.

El ministro aceptó consideraciones desde formaciones que en octubre del año pasado se resistieron a apoyar la renovación de las recomendaciones del Pacto de Toledo, pero arremetió contra aquellas formaciones, como el PP o Coalición Canaria, que avalaron las mismas y ahora rechazan el acuerdo de unas medidas adoptadas a partir de ellas.

En todo caso, Escrivá destacó cómo, pese a todas las críticas, no ha encontrado “contrapropuestas ni reservas significativas” a las medidas acordadas en la primera parte de su reforma. Asimismo, defendió su reforma en varios tiempos como “el mejor método” para llevarla a cabo.

Así, subrayó que este acuerdo “tiene que durar 30 años” y que, por tanto, en el Gobierno de España deben “estar seguros” de que está todo “bien trabajado” y “aquilatado”, antes que presentarla “de forma precipitada y de una sola tacada”.

Jordi Salvador, de ERC, dijo que su grupo no será “cómplice” de esta reforma y afeó que, por mucho que se desgranen y desplacen gastos impropios, no se hable de reponer una factura indebidamente abonada que consideró “un saqueo”, y que hoy podrían suponer unos 103.000 millones adicionales en la hucha del Fondo de Reserva.

Desde el PNV, Íñigo Barandiaran pidió al ministro que recupere el diálogo y la conversación con el Gobierno Vasco, porque si “no se aclaran estas cosas antes del presupuesto puede que el Gobierno tenga problemas”. Un mensaje claro a navegantes que hay que poner en valor.

103.000

Según Escrivá, la factura de las pensiones podría suponer un desembolso de más de 100.000 millones sacados de la hucha de las pensiones.

30

años. El ministro aseguró ayer que la reforma de las pensiones tiene que asegurar la sostenibilidad del sistema por un periodo de 30 años.