- La industria aeroespacial vasca acusó la pandemia el año pasado con una caída del empleo de un 10% y de la facturación del 28%, según los datos expuestos ayer en la asamblea que el clúster de este sector, Hegan, celebró en Zamudio.

En el evento, Carlos Alzola, presidente de Hegan y director general de ITP Aero, junto a Ana Villate, directora de la asociación, calificaron el año 2020 como el más difícil para las 68 empresas agrupadas en el clúster aeroespacial vasco, que no había cesado de crecer en sus 24 años de historia. La facturación bajó a 1.874 millones, de los que casi la mitad, 784 millones, se vendieron en Euskadi y el resto en las fábricas del exterior.

El motivo del bajón es que las entregas de aviones comerciales realizadas por los dos principales fabricantes mundiales, Airbus y Boeing, se contrajeron un 42%, lastrando a todo el sector de producción, mientras los pedidos de nuevos aviones comerciales del duopolio también se han resentido con fuerza.

A pesar de esta evolución negativa, el clúster considera que el sector aeronáutico vasco ha resistido y busca oportunidades como la nueva movilidad urbana. El clúster ultima un Plan Estratégico 2021-2024 centrado en la recuperación del sector, aunque a medio plazo la situación presenta grandes incertidumbres, pero el clúster considera que “la necesidad de volar volverá”.

De hecho, Airbus ha mejorado ligeramente sus expectativas al hacer públicas sus previsiones el pasado mes de mayo, en las que estima que el retorno de la aviación comercial a los niveles anteriores a la crisis se producirá entre 2023 y 2025. En previsión de que el mercado siga recuperándose, Airbus invitaba a sus proveedores a estar preparados.

Sin embargo, los operadores y líneas aéreas mantienen unas posiciones conservadoras sobre la demanda del tráfico aéreo. Así, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) proyecta una recuperación paulatina del tráfico de pasajeros, no llegando a niveles precovid hasta el año 2024.

Por su parte, el comité de PCB, filial de ITP Aero Casting, acusó ayer a la dirección de la empresa de emprender “una dinámica de escarmiento” contra trabajadores de las plantas de Barakaldo y Sestao que secundaron la huelga y la totalidad de la plantilla, tras la sentencia del TSJPV que declaró nulo a primeros de mayo el ERE planteado por la dirección que suponía el despido de 90 trabajadores.

En una comparecencia ante la entrada de la planta en Barakaldo, la representación de la plantilla acusó a la dirección de la firma de que, “no satisfecha con las violentas actuaciones por parte de la Ertzaintza contra los trabajadoras durante las movilizaciones, ha decidido emprender lo que califica de “una dinámica de escarmiento”.