- El covid-19 generó el pasado año una coyuntura económica poco proclive a la materialización de nuevos proyectos empresariales y el mundo cooperativo no fue ajeno a esta difícil situación. La sociedad de promoción de cooperativas Elkar-Lan informó ayer de que durante el pasado ejercicio contribuyó a que se constituyeran 113 cooperativas, lejos del récord establecido en 153 empresas de este modelo al año.

La entidad impulsada por el Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi y la Confederación de Cooperativas de Euskadi Konfekoop ofreció ayer el balance de actividad correspondiente a 2020, un año que se vio marcado por las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus y la incertidumbre que ha asentado en el escenario empresarial vasco.

Prueba de ello es la ralentización en el ritmo de emprendimiento del mundo cooperativo, lastrado también por las exigencias financieras que conlleva la materialización de una idea empresarial. Así, Elkar-Lan señaló que alrededor de un tercio de los proyectos de cooperativas necesita financiación externa, lo que provoca dificultades para su constitución porque las entidades bancarias tienen como requisito para realizar préstamos la presentación de avalistas.

De hecho, Elkar-Lan trabajó el pasado año con 23 emprendedores que, por diversas razones, decidieron no proseguir con su idea de negocio. La mayor parte de las creadas pertenecen a trabajo asociado, según dieron a conocer el presidente y el director de la sociedad promotora, Iñaki Nubla Otaola y Javier Sanz, respectivamente.

En relación con los sectores de actividad, los servicios son la opción más recurrida por los emprendedores cooperativistas dado que una de cada tres se decanta por este sector económico, un total de 42 cooperativas vascas creadas el año pasado. A larga distancia se encuentra la segunda actividad más demandada, la construcción, con 19 propuestas constituidas.

La hostelería, sector especialmente castigado junto con otros durante un año en el que las restricciones le afectaron de manera directa, logró incorporar ocho cooperativas más, mientras que las 44 restantes se enmarcaron en actividades muy diversas. En este sentido, y en función de los datos ofrecidos ayer por Elkar-Lan, el mundo cooperativo se encuentra muy introducido en el conjunto de la economía vasca puesto que las nuevas constituciones se realizaron en actividades tan diversas como la vivienda, la alimentación, el comercio, el turismo, el transporte, las telecomunicaciones, la educación, la energía, la automoción, o los sectores metal-metalúrgico y eléctrico-electrónico, entre otras muchas.

Javier Sanz presentó en la misma comparecencia un balance de los 18 años de Elkar-Lan, desde que se constituyera en diciembre de 2002, para cifrar en 1.681 el número de cooperativas que ha contribuido a crear, de las que la mayor parte pertenecen al sector de servicios, tal y como también ocurrió el ejercicio pasado, mientras que las integradas en industria y agricultura son más reducidas.

La inversión media que requirió la generación de un nuevo negocio cooperativo se sitúa en 7.500 euros, y el 76% de los emprendedores opta por el régimen de autónomos. Sanz explicó que se trata de la alternativa más elegida porque es la más económica y también la más recomendada por los asesores.

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nuevos puestos de trabajo generaron las 113 cooperativas creadas a lo largo del pasado ejercicio, lo que significa que la media de trabajadores por cada negocio generado asciende a 2,8. El emprendizaje tuvo más hombres (59%) que mujeres (41%).