- El Gobierno Vasco enfrió ayer las expectativas que se habían generado en torno a su entrada en el capital de ITP acompañando a una operación liderada por Aernnova para la toma de control en la compañía aeronáutica vasca.

Sobre el papel se trataría de una operación que suena bien en Lakua: una empresa vasca que adquiere una participación mayoritaria en otra también con sede en Euskadi.

La música suena bien. Sin embargo, la letra, sobre todo la pequeña, es más compleja de lo que pudiera parecer. El primer movimiento le corresponde en todo caso a Aernnova -que de momento no ha mostrado sus cartas- y mientras tanto el Ejecutivo no puede restar recorrido a otras alternativas. En esa tesitura, el Gobierno Vasco tan solo puede esperar acontecimientos y no condicionar el proceso dando su apoyo a un candidato en detrimento de otros.

Por ello, tras varios días de rumores, la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, aseguró ayer que el Ejecutivo no puede pronunciarse “a favor ni en contra” de ninguna de las ofertas de compra de ITP. El fabricante de motores aeronáuticos lleva meses en venta, pero su propietario, Rolls Royce, ha mantenido el proceso fuera de foco.

La discreción es un activo en este tipo de operaciones y el silencio de las dos compañías es total. Por ello, Tapia optó ayer por un perfil bajo, sin entrar al detalle, en su intento de poner las cosas en su sitio.

La consejera, en declaraciones a los periodistas en el Parlamento Vasco, lamentó que en torno a este tema se han difundido informaciones “que no son exactamente correctas”.