- El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, advirtió ayer al Gobierno español de que en la reunión de la mesa sobre la reforma laboral convocada para el 17 de marzo deberá establecerse un ritmo de trabajo que permita alcanzar un acuerdo en un plazo de tiempo “no muy largo” y avisó de que su sindicato no admitirá que se conceda un derecho de “veto” a la patronal.

Alvarez intervino ayer en Gasteiz en el XII Congreso de UGT Euskadi, que reeligió a Raúl Arza como secretario general por tercera y última vez con el 82,5% de los votos de los delegados, en la que fue la única candidatura.

Según explicó el líder de este sindicato a nivel estatal, la derogación de las reformas laborales impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, en 2011 y 2013, es la única vía para garantizar que se recupere el “equilibrio” en las relaciones laborales.

En este sentido, advirtió de que “cuando algunos desde el Gobierno” español plantean que hay que llegar a un acuerdo con la patronal para cambiar las relaciones laborales, “saben perfectamente que si dan derecho de veto” a los empresarios, “no va a ser posible que lleguemos a ningún acuerdo”, dado que la patronal, con la actual regulación, “ya tiene más de lo que ha soñado nunca”, afirmó.

“El Gobierno debe ser consciente de que la mesa que se va a abrir la semana que viene tiene que partir de la situación que teníamos en marzo del año pasado”, afirmó Alvarez. El líder de UGT añadió que en esta mesa de diálogo el objetivo es alcanzar acuerdos, pero que en caso contrario, será el propio Ejecutivo el que tendrá que impulsar una nueva legislación para “desmontar” las reformas laborales de 2011 y 2013.

Alvarez indicó que le parece “muy bien” que haya ministros que “salen en la televisión diciendo que hay que acabar con una situación en la que se contrata el lunes y se despide el viernes”. No obstante, reclamó al Gobierno estatal que adopte medidas concretas contra este tipo de prácticas. “¿Algún día lo van a llevar al BOE o esto va de declaraciones?”, se preguntó.

Por su parte, la candidatura de Raúl Arza recibió el apoyo de 146 delegados, mientras que 31 votaron en blanco. De esta forma Arza dirigirá en los próximos cuatro años este sindicato, que representa a más de 30.000 trabajadores en el País Vasco, el cuarto en representatividad en esta comunidad, en el que será su último mandato, tal y como establecen los estatutos de la central.

Durante su intervención, Arza emplazó al Gobierno Vasco a acabar en esta legislatura con la alta temporalidad en la Administración Pública, que recordó afecta a casi 58.000 trabajadores, el 38,7% del total. También dijo que no cabe “la resignación” ante el hecho de que muchos profesionales de más de 45 años “no vuelvan a trabajar”.