La edad legal de jubilación este año es 66 años, aunque todavía se puede jubilar uno a los 65 si se reúnen ciertas condiciones, pero la realidad es que cuatro de cada diez trabajadores en el Estado se jubilan antes de cumplir la edad reglamentaria pese a la penalización en forma de reducción de la pensión mensual a percibir durante toda su vida.

¿Por qué lo hacen?. Básicamente porque las empresas no cuentan con el personal veterano a partir de una cierta edad. De hecho, una empresa no suele contar con los mayores de 60 años de edad y ni se le ocurre contratar a gente de más de 55 años, recuerdan los sindicatos vascos.

Por ello, muchas personas acceden a la jubilación anticipada de forma forzada por falta de trabajo, antes que intentar buscar empleo a esas edades o una vez que se les ha agotado la prestación del paro.

En concreto, el pasado año el 38% de las personas que accedieron a la jubilación lo hizo de manera anticipada, con menos de 65 años, un porcentaje similar al de hace diez años y esta es una vía que el Gobierno español quiere endurecer aún más para intentar acercar la edad de jubilación real a la legal.

Retirarse antes de la edad ordinaria de jubilación supone un perjuicio claro para el futuro pensionista pues implica ver reducida la cuantía de la pensión a cobrar por la incorporación de coeficientes reductores. La magnitud de estos coeficientes dependerá por un lado del tipo de jubilación anticipada (la jubilación anticipada por cese voluntario está más penalizada que la jubilación anticipada por cese involuntario) y de la carrera de cotización que acredite el trabajador en el momento de acceder a la jubilación.

Lo más corriente es acceder a la jubilación anticipada por causa mayor, no por gusto. Esta modalidad exige proceder de un cese involuntario por causas objetivas de reestructuración empresarial, acreditar al menos 33 años de cotizaciones y encontrarse inscrito como demandante de empleo desde al menos 6 meses antes de la fecha efectiva de acceso a la jubilación.