- La Comisión Europea se mostró ayer favorable a que continúen durante todo 2022 las ayudas fiscales encaminadas a paliar el impacto del covid en los Estados miembro. De esta forma, Bruselas propone que se siga utilizando la cláusula de salvaguarda de disciplina fiscal de la Unión Europea, que permite gastar sin control del déficit y de deuda pública.

El Ejecutivo comunitario abogó por que los Gobiernos mantengan el apoyo a sus economías durante este año y el próximo y advirtió del riesgo de retirarlo demasiado pronto, según las orientaciones de política fiscal para el conjunto de los Veintisiete que publicó ayer. “El apoyo fiscal debería continuar tanto tiempo como sea necesario. Basándonos en nuestras indicaciones actuales, la cláusula de salvaguarda debería ser desactivada en 2023”, dijo el vicepresidente económico de la CE, Valdis Dombrovskis.

La Comisión activó en marzo de 2020 por primera vez en su historia esta cláusula, que permite a los países desviarse temporalmente de las metas de déficit y deuda que exigen las normas para que presten un ingente apoyo fiscal, es decir, con medidas de gasto público, como subsidios, o de reducción de impuestos.

Aunque la decisión definitiva no se tomará hasta que se publiquen nuevas previsiones económicas europeas a principios de mayo y tras consultar con los Estados, la Comisión avanzó ayer que esta decisión dependerá de una evaluación del estado general de la economía basada en criterios cuantitativos.

Y el criterio clave será la comparación del nivel de Producto Interior Bruto (PIB) logrado con respecto al nivel previo a la pandemia, el de finales de 2019, en línea con lo que recomienda la Junta Fiscal Europea.

Según las últimas proyecciones de Bruselas, la economía europea no recuperará estas cotas hasta mediados de 2022, y no en todos los países, de ahí que se apueste por mantener suspendidas las normas durante todo el ejercicio próximo.

La CE avanzó además que, una vez se reactiven, se tendrá en cuenta la situación específica de cada país, de modo que si un Estado no ha recuperado su nivel de actividad previo a la crisis “se usará toda la flexibilidad dentro del Pacto de Estabilidad y Crecimiento” al fijar su senda fiscal.

Pese a que la vacunación arroja cierta esperanza en el horizonte de la economía europea, las nuevas variantes del virus y las persistentes restricciones suponen un riesgo para una recuperación que se espera comience en el segundo trimestre.

En este contexto, Bruselas insiste en evitar una retirada prematura de las ayudas fiscales, que en 2020 alcanzaron casi medio billón de euros (un 3,7% del PIB de la UE) solo con las medidas discrecionales adoptadas por los Gobiernos.

Una vez que la situación sanitaria mejore, Bruselas llama a transitar gradualmente hacia un apoyo más específico y enfocado en la recuperación, que tenga en cuenta la sostenibilidad fiscal a medio plazo y el impacto del fondo de recuperación europeo.