- Frente al consumo desenfrenado impulsado por las ofertas del black friday nace el green friday, un contrapunto a esta iniciativa que, aunque tiene un innegable componente de marketing, aboga por ejercer un consumo meditado y responsable. Este, cuestiona la necesidad de comprar de forma compulsiva y anima al cliente hacia una apuesta sostenible, impulsada por representantes de la Comisión Europea y organizaciones ecologistas como Ecodes, WWF y Ecoservis

El black friday es un día fijado en el calendario por sus llamativas ofertas al igual que las temporadas de rebajas, y por su proximidad a Navidad es considerado como una de las fechas en las que más se consume.

Desde hace años, y marcado por la sostenibilidad, el green friday nace como alternativa sostenible, tratando de mitigar el consumo desenfrenado hacia un comportamiento más comedido y sostenible.

El viernes posterior al día de Acción de Gracias marca el black friday de cada año, una tradición importada de Estados Unidos, pero que se consolida en el mundo con el paso de los años a través de grandes descuentos, que se extienden además al lunes contiguo con el cyber monday, destinado a compras online.

Al tiempo que este fenómeno se consolida en el Estado español, el viernes verde hace lo propio. Llegó en 2015 desde Estados Unidos, y cada año cobra más fuerza a través de marcas que se suman a esta propuesta.

La cadena escandinava Ikea se ha sumado al green friday mediante una iniciativa en la que adquieren los muebles que los usuarios ya no utilicen, para asignárselos a “alguien que los necesite de verdad”. A cambio, la persona recibe un crédito de Ikea sin fecha de caducidad, para poder utilizarlo cuando desee.

Repite más, necesita menos, reza el eslogan de la última campaña presentada por Adolfo Domínguez, protagonizada por conjuntos de hace más de 20 años presentados junto con prendas de otras marcas de bajos precios, conocidas como low cost.

32%

Un tercio de los productos comprados en el black friday son de moda.