- El impulso de la economía social y solidaria en la comarca no será posible sin la participación de todos los agentes relacionados con ella, es decir, la administración pública, el tejido productivo, el asociativo y los centros de formación, según considera el proyecto.

Por este motivo, la colaboración entre técnicos municipales, empresarios y profesores debe ser muy estrecha, del mismo modo que con las asociaciones de Buruntzaldea. Un ejemplo de esta cooperación se encuentra en el diseño de políticas orientadas a potenciar los procesos de inserción sociolaboral, donde los servicios sociales y los de empleo de los seis ayuntamientos de la comarca se coordinan con responsables de empresas y dialogan con los profesionales de la educación para crear itinerarios integrales de inclusión sociolabroal.

El objetivo último de esta interrelación se centra en generar una sólida estructura que dé respuesta a cuestiones estratégicas como el emprendizaje, la empresa, el empleo, la sostenibilidad, la inclusión social, la igualdad o la transición digital.

- La globalización de la economía que expone a cualquier empresa a ser adquirida por una mayor o por un fondo, unido a una situación de crisis generada por la pandemia de coronavirus que pone en riesgo el tejido productivo junto con la falta de relevo generacional son un cóctel perfecto que sitúa al conglomerado empresarial, sobre todo al más pequeño, en una posición complicada. Desde diversos foros se ha planteado la economía social y participativa como una herramienta muy útil para afrontar este desafío, y Buruntzaldea ha recogido el desafío.

Su apuesta es convertirse en un referente de este modelo económico que prioriza la participación del trabajador en el capital, la gestión y los beneficios de la empresa, a lo que esta comarca añade el bienestar territorial y para ello Beterri Buruntza Udalak, la agencia de desarrollo comarcal de esta zona, coordina un ambicioso proyecto que contempla diferentes iniciativas dirigidas a micro, pequeñas, medianas y grandes empresas.

La idea es que todos los agentes de la comarca, tanto empresariales como formativos, sociales y públicos, se alíen para generar un ecosistema que fomente las empresas participadas para que, a su vez, estas creen un nuevo modelo de desarrollo más sostenible, participativo y paritario.

KoopFabrika es la “cantera” de este proyecto. Este programa impulsa el emprendimiento en Buruntzaldea y en él participa Lanki de Mondragon Unibertsitatea, OlatuKoop y Gezki, el Instituto de Derecho Cooperativo y Economía Social de la UPV/EHU. Con la financiación de la Diputación de Gipuzkoa, acompaña a quien tiene una idea de negocio a desarrollarla y materializarla a través de diferentes sesiones formativas.

Además de fomentar la economía solidaria, también dispone de ayudas económicas al alquiler de locales situados en los centros urbanos de los municipios y de este modo cumple un doble objetivo al revitalizarlos. Las empresas que se crean en su seno tienen la posibilidad de introducirse en una red bajo la premisa de que juntas tienen más poder que por separado.

Esta última idea es el germen de Ese Saretuz, la red de empresas que impulsa Beterri Saretuz, una segunda iniciativa que se articula en varias reuniones para fomentar la unión de los agentes económicos de la comarca.

A estas citas acuden representantes de negocios de economía social y solidaria, de centros formativos, del tejido asociativo y de las administraciones públicas de Beterri Buruntza. El primero de los encuentros sirvió para conocer experiencias exitosas y apuntar las ideas que, a juicio de los asistentes, conducen a consolidar el modelo participativo de empresa.

Los impulsores del proyecto procesaron y clasificaron todas las ideas para conformar un informe dado a conocer en una segunda sesión posterior. El siguiente paso fue el examen y presentación de aportaciones por parte de los participantes. Tras filtrar esta información, se clasificaron las ideas según las necesidades y competencias de su grupo.

La tercera y última reunión estaba prevista en mayo, pero la pandemia del COVID-19 obligó a aplazarla hasta inicios del pasado mes de octubre. El cambio de situación introdujo una novedad en el orden del día para dar la oportunidad a los asistentes de explicar cómo han afrontado las consecuencias de la crisis con el objetivo de que el resto pueda extraer sus conclusiones.

Por otro lado, también accedieron al material último que conducirá, según el proceso, a generar una estructura territorial en la que participen todos los agentes públicos y privados basada en la economía participativa con un sesgo social y solidario. Con una red que articula a los agentes referentes, tendrán acceso a subvenciones más elevadas como las que ofrece el Gobierno Vasco y, por lo tanto, más recursos para que todas las empresas que nazcan en esta comarca sean participadas y crear así una red que evite el cierre de negocios.

Este ecosistema de empresas participativas será, a su vez, la base sobre la que se construya un modelo de desarrollo económico más sostenible y paritario, comprometido con cuestiones como la transición energética o la inserción sociolaboral, según prevé la estrategia.

Los pequeños negocios, sin embargo, no son el único foco de atención de esta iniciativa, que no obvia la presencia de mayores compañías en la comarca cuyo poder de contribución a este fin es importante. Por este motivo, también trabajan con firmas como Fagor Ederlan, Orona, Katea Legaia, Elhuyar, Antza, Talleres Mitxelena, Iametza, Tokikom, Agintzari-Zabalduz y Karabeleko en una agenda de transformación social con cinco puntos que contemplan la inclusividad sociolaboral, la sostenibilidad, el desarrollo económico local, el fomento del euskera y la soberanía tecnológica.

Del mismo modo, se ha diseñado el programa Liderazgos Transformadores para formar a los altos cargos de las firmas en una gestión más centrada en la persona. Todo ello con el objetivo de que todo aquel que resida en Buruntzaldea contribuya a que esta comarca sea un referente en la economía participativa.

Pymes y micropymes. Beterri Saretuz es la principal iniciativa dirigida a este tipo de negocios. Su metodología establece tres reuniones en las que se aborda toda la temática relacionada con la red de empresas participativas, de qué manera impulsarla, cuáles son sus dificultades y sus ventajas, etc. Las ideas de los empresarios y otros agentes sociales se plasman en fichas elaboradas por los impulsores de esta iniciativa que sirven de información para elaborar un documento que, en último término, servirá de guía para conformar un ecosistema empresarial participativo en Buruntzaldea.

Empresas grandes. Muchas de las firmas grandes de la comarca son cooperativas y, por lo tanto, tienen mucho camino recorrido. Sin embargo, también para este colectivo se han elaborado programas específicos como un nodo de transformación en el que se trabajan cinco aspectos: la inclusividad sociolaboral, la sostenibilidad, el desarrollo local, el fomento del euskera y la soberanía tecnológica. Además, existe el proyecto Liderazgos Transformadores para formar a los responsables de hacerlo posible.

El reto es crear una red de empresas participadas para que estas a su vez generen una sociedad más sostenible, inclusiva y paritaria

La estrategia considera que un ecosistema empresarial participativo evitará el cierre de empresas en una situación económica incierta