- El cierre de la muga entre Iparralde y Hegoalde durante el estado de alarma a causa de la pandemia de la COVID-19 afectó de forma severa al 67,5% de los trabajadores transfronterizos, según se desprende de un informe elaborado por la Eurorregión Euskadi-Navarra-Nueva Aquitania el pasado mes de junio.

Se trata de un documento que plasma los resultados de dos encuestas realizadas con el objetivo de evaluar las consecuencias de la clausura de la muga entre los meses de marzo y junio y en las que participaron, por un lado, 2.357 ciudadanos transfronterizos y, por otro, 50 socios de los proyectos en marcha que la Eurorregión está desarrollando en sectores estratégicos, como la agricultura, la educación o la salud.

En la presentación del análisis estuvieron presentes ayer la secretaria general de Acción Exterior del Gobierno Vasco, Marian Elorza; el director general de Acción Exterior del Gobierno de Navarra, Mikel Irujo, y el consejero regional delegado a la Eurorregión, Mathieu Bergé.

El informe refleja el notable impacto que la pandemia tuvo en la muga durante los meses de cierre, pues el 89,4% de los ciudadanos encuestados afirmó haber tenido que dejar de realizar alguna actividad transfronteriza. De los participantes en la encuesta, el 68,4% no eran trabajadores transfronterizos, siendo su motivación para desplazarse entre territorios la realización de actividades socioeconómicas, principalmente compras al otro lado de la frontera (79,1%).

En cuanto al trabajo transfronterizo, el informe destaca que más de la mitad (53,3%) de las empresas con trabajadores del otro lado de la frontera adoptaron medidas extraordinarias para hacer frente a las consecuencias de la pandemia. Las medidas más comunes entre dichas compañías fueron recurrir al teletrabajo (54,2%), los ERTE (39,1%) y la reducción de jornadas (27,7%), siendo los despidos casos excepcionales (6,6%).

El documento de la Eurorregión también contiene los resultados del análisis de 1.400 testimonios de encuestados que relataron los principales obstáculos que supuso en su día a día el cierre de la frontera. Algunas de las quejas más repetidas fueron el hecho de que la pérdida de libertad de movimiento impidió a algunas poblaciones acceder a servicios básicos que no estaban disponibles en su zona, las largas retenciones que dificultaron el tránsito a los trabajadores que tenían permiso para cruzar la muga y la diversidad de criterios en función del gobierno en cuanto a los justificantes a presentar en los controles fronterizos.

Según Elorza, esta última problemática es una de las dos principales situaciones de vulnerabilidad a las que se vieron sometidos los trabajadores transfronterizos durante el cierre de la muga, junto a los perjuicios que los ERTE contemplan a los empleados no residentes en el Estado. A estos se les retiene un porcentaje adicional del salario que, sumado al 30% que dejan de percibir, se convierte en una merma de el 50% del sueldo aproximadamente.

Los proyectos eurorregionales en desarrollo también se vieron mayoritariamente afectados por la pandemia en diversos grados: un 86% de los socios encuestados se declararon "bastante afectados". Por sectores, la mayoría de los socios de la Eurorregión corresponden al ámbito de la cultura (32,4%), al de la educación (13,5%) y al de la agricultura (13,5%).

Algo en lo que los ciudadanos y los socios eurorregionales coinciden fue en aprobar mayoritariamente la cooperación transfronteriza como herramienta para mejorar la situación. El 83,8% de los ciudadanos y el 91,9% de los socios consideraron esta cooperación "esencial" o "muy importante".

Cuestionado sobre qué podría hacer la Eurorregión con respecto a las vulnerabilidades detectadas en el caso de que la muga entre Hegoalde e Iparralde volviera a cerrarse a causa de un hipotético rebrote, Bergé destacó la importancia de la entidad como un espacio de reflexión política con respecto a las particularidades de la gestión transfronteriza que, si bien no tiene competencias con respecto al propio cierre, sí puede aconsejar a los gobiernos estatales con respecto a la gestión de esa crítica situación

Ahondando en la cuestión, Elorza, que también forma parte del Comité Europeo de las Regiones, cree que una situación como la ocurrida durante el estado de alarma debe ser abordada desde varios niveles administrativos, "también desde la Unión Europea". Elorza recordó que en la UE existen otros espacios con casuísticas similares a las de la zona del Bidasoa e hizo hincapié en la necesidad de defender "el ecosistema transfronterizo en el que muchos ciudadanos viven de forma natural".

86%

Es el porcentaje de socios de proyectos en desarrollo de la Eurorregión que afirmaron haberse visto al menos "bastante afectados" por el cierre de la muga.

Actividades interrumpidas. Un 80,1% de los encuestados tuvo que dejar de comprar al otro lado de la muga por el cierre, un 62,1% dejó de realizar actividades de carácter personal, un 49,4% de practicar deporte u actividades de ocio y un 39,9% de realizar actividades culturales.

Apoyo transfronterizo. El 60% de los trabajadores encuestados considera importante apoyar al colectivo en sus procedimientos relacionados con el empleo y un 46,7% estima necesaria la promoción de iniciativas de impulso al trabajo transfronterizo.

La enorme mayoría de socios de la Eurorregión y trabajadores transfonterizos consideran muy importante la cooperación entre regiones