- Las entidades financieras están haciendo un esfuerzo notable para ayudar al mantenimiento de la economía de los ciudadanos y las empresas. El actual director en el País Vasco de Caixabank, Juan Pedro Badiola (Zornotza-Amorebieta), licenciado en Empresariales por la Universidad Comercial de Deusto, nunca pudo imaginar que su llegada al cargo iría acompañada de esta crisis derivada de la pandemia de coronavirus.

¿En qué está ayudando una entidad como Caixabank en esta fase de la pandemia?

—Afrontar una situación como la que estamos viviendo no es fácil por lo inédito de la misma. Una situación, además, sobre la que planea una gran incertidumbre, especialmente en el inicio de esta emergencia sanitaria. Pero teníamos clara una idea: mantener operativas el mayor número de oficinas posibles para ayudar a nuestros clientes. Muchos de ellos se han visto afectados por el paro o un ERTE. Los hay también que han visto cómo los ingresos de sus negocios y microempresas descendían drásticamente. Además, nos propusimos contactar con las personas mayores, que han sido las más afectadas de esta crisis sanitaria, para transmitirles confianza y facilitarles el cobro de sus pensiones sin tener que acercarse a las oficinas. Buscamos soluciones para todos ellos. Y así hemos ido construyendo la campaña Contigo Más Que Nunca que ha permitido adelantar el pago de las pensiones, de la prestación de desempleo y del ERTE a más 3,2 millones de clientes. Pero es que además llevamos cursadas cerca de 350.000 solicitudes de moratorias para el pago de tarjetas, créditos e hipotecas, 150.000 solicitudes de líneas ICO para dotar de liquidez a los autónomos, micros, pymes y empresas. Y, al margen de esta línea, llevamos ya concedidos 12.000 millones de euros al tejido empresarial. Y no olvidamos la labor social, y es que gracias a Caixabank y a la Fundación la Caixa, hemos podido dar respuesta a innumerables entidades sociales vascas que han necesitado más ayuda si cabe por esta emergencia, como es el caso de AGIPAD en Gipuzkoa; en Bizkaia, Gosearen Aurkako Solidarioak, o en Araba con Cruz Roja, entre otras muchas. O la campaña de recogida de alimentos, que ha recaudado más de 2,8 millones para Bancos de Alimentos.

¿Los comerciantes y hosteleros clientes les trasladan su preocupación sobre el futuro?

—Efectivamente, el comercio, la hostelería y el turismo son algunos de los sectores en Euskadi que más están sufriendo. Y necesitarán un apoyo adicional, algo que el mismo Gobierno Vasco ya ha reconocido. Estos sectores deben estar en el centro del plan de recuperación. Debemos reactivar la economía, evitar la destrucción del tejido productivo, y a la vez conseguir que este sea más productivo y eficiente. Necesitamos de la colaboración y del esfuerzo de todos, del sector público y del sector privado, de los distintos agentes sociales y del conjunto de todo el Estado.

¿Qué soluciones ofrecen?

—Desde Caixabank estamos poniendo a disposición de nuestros clientes soluciones y herramientas que pueden ayudarles en la recuperación de su actividad. Queremos que nuestros clientes puedan volver a ser competitivos ofreciéndoles soluciones imaginativas que les permitan reactivarse. Para el sector del comercio, por ejemplo, hemos desarrollado productos y servicios e-commerce, como es el caso de un servicio que a través del TPV, nuestro cliente recibe información de los hábitos de consumo de sus clientes y de su competencia. O una herramienta tan sencilla que permite compartir y vender productos a través de las redes sociales sin necesidad de tener una tienda online. Y también una nueva pasarela de pagos online optimizada con la que les ofrecemos a nuestros clientes el servicio de pagos más completo del mercado.

¿Trabajan con los préstamos ICO?

—Estamos siendo muy activos con nuestros clientes en la tramitación de las nuevas líneas ICO para dar respuesta a la necesidad excepcional de financiación. En Euskadi hemos recibido más de 6.200 solicitudes de ICO por 1.040 millones de euros. A eso hay que sumarle, también, las más de 270 operaciones realizadas con Elkargi.

¿Son factibles las moratorias?

—Sí. Todo se habla. De hecho en cuanto a las moratorias hipotecarias, de préstamos al consumo o de tarjetas, en Euskadi, hasta el momento, hemos tramitado más de 7.200 solicitudes. Además, hemos adelantado el pago de más de 28.000 pensiones y la prestación de desempleo y de ERTE a 15.000 clientes vascos. Todo esto ha sido gracias a un equipo humano compuesto en Euskadi por 825 personas. Un equipo que lleva doce semanas trabajando de una manera muy intensa. Y me gustaría desde aquí poner en valor y agradecer el compromiso y esfuerzo que han demostrado cada uno de ellos.

¿Cómo están las oficinas vascas?

—Desde el inicio de la crisis sanitaria, la prioridad de Caixabank ha sido garantizar los servicios financieros a nuestros clientes y mantener la salud de los empleados, clientes y proveedores de la entidad. Y lo cierto es que en Euskadi, a día de hoy, tenemos la totalidad de la red operativa, con las 161 oficinas abiertas. Durante estas semanas, salvo cierres puntuales por razones logísticas en días concretos, todas nuestras oficinas repartidas en 78 municipios vascos han estado operativas, rotando equipos y, eso sí, dando el 100% del servicio a nuestros clientes. Cabe destacar que Caixabank ha sido la entidad financiera que mayor cobertura ha dado de todas las entidades que operan a nivel estatal. En este sentido, estamos retornando a una situación de normalidad de una manera cautelosa, ordenada y con todas las medidas de protección necesarias para nuestros empleados, clientes y proveedores.

¿Con el auge del teletrabajo y la digitalización pueden perder peso las oficinas físicas?

—Es evidente que la propia sociedad se está acostumbrando cada vez más a trabajar en remoto y a valerse de herramientas digitales. No hay más que ver los datos, a día de hoy el 75,5% de nuestros clientes particulares en Euskadi son clientes digitales y el 51,9% operan habitualmente con canales online. Sin duda, unas herramientas que hacen más fácil su día a día, ofrecen una mayor proximidad con su gestor y que nos están llevando a un nuevo nivel de relación entre gestor-cliente. La apuesta de la entidad va a seguir siendo poner esa tecnología al servicio de las personas. Seguiremos siendo vanguardia, como lo fuimos siendo los primeros en utilizar la tecnología contacless o siendo la primera entidad financiera a nivel mundial en hacer uso de cajeros con reconocimiento facial.

¿La pandemia va a acelerar la transformación bancaria?

—Sí. Habrá una continuidad en la transformación del sector y la aceleración de la digitalización de ciertas operaciones. Esto no implicará un cambio de dirección en nuestro rumbo porque tenemos claro además que la digitalización no va a sustituir a las personas. Pero sí que nos va a empujar hacia una evolución más rápida en clave digital. El concepto de omnicanalidad que llevamos años trabajando, está más presente que nunca. Y por supuesto uno de esos canales seguirá siendo el de las oficinas, como lo estamos haciendo ahora, porque hay clientes que quieren y necesitan venir a la oficina.

La banca ha llegado a esta crisis mejor preparada que en 2008.

—Sí. El sector bancario se enfrenta a esta crisis económica en una situación muy distinta a la gran crisis financiera de 2008. Y es que el origen de la crisis no está en el sector financiero, sino que en esta ocasión este sector debe ser parte de la solución y ayudará a mitigar el impacto económico del shock. Además, la banca en su conjunto está en una posición más sólida ya que en los últimos años ha reforzado su liquidez y solvencia. En el caso de Caixabank estamos preparados para una crisis dura, como la que viene. Para resistir y para ser una fortaleza para nuestros clientes.

Muchas pymes y autónomos lo están pasando muy mal.

—A nadie se le escapa que hay muchas pequeñas empresas, pymes, y autónomos que han tenido que cerrar establecimientos y han necesitado inmediatamente liquidez. Se la estamos dando y vamos a ayudarles para que puedan reabrir y puedan retornar a una actividad económica normal, además de hacer frente a sus obligaciones de pagos. Pero, sabemos que habrá comercios que no puedan seguir adelante. Por supuesto, también las personas sufrirán en el crédito al consumo, pero al mismo tiempo, gracias a las redes de seguridad que se están construyendo muy acertadamente desde los gobiernos para proveer de rentas a todas estas personas, las pérdidas deberían ser más pequeñas.

¿Qué evolución de la morosidad prevén este año?

—Evidentemente, con doce semanas de confinamiento, hemos optado por ser muy prudentes y empezar a hacer hucha ya de provisiones de manera significativa. Nuestra mejor estimación actualmente nos lleva a prever cerrar el año en el 5% de morosidad, aunque en Euskadi el porcentaje será menor. En este caso, las medidas públicas y regulatorias también deberían ayudar a modular el impacto.

¿Está aumentando el ahorro?

—En términos de teoría económica el ahorro es la parte de la renta no dedicada al consumo. Es evidente que el confinamiento ha supuesto una caída del consumo de una manera sustancial y por lo tanto un incremento de los saldos en cuenta. Momentos como el actual nos pueden empujar a reflexionar sobre buscar sentido al ahorro, sobre todo para todas aquellas familias que no se han visto afectadas por esta crisis económica. Es decir, guardarlo para hacer frente a un gasto imprevisto o previsto como puede ser la jubilación. En definitiva, para aquellas economías que no se han visto condicionadas por esta crisis, puede ser un buen momento para tomar decisiones planificadas, respetando horizontes temporales de inversión.

¿Ven diferentes ritmos de posible recuperación entre unos territorios y otros en el Estado?

— El entorno económico es muy exigente. Trabajamos con escenarios severos que contemplan caídas de la actividad muy notables. Pero hay mucha incertidumbre sobre el grado de afectación de la actividad. Estamos en una situación macroeconómica con escasos precedentes y en la que muchas incógnitas dependen tanto de aspectos estrictamente epidemiológicos como de la efectividad de las medidas de política económica que se adopten. Medidas que deberían servir, por ejemplo, para impulsar la industria, que en el conjunto del Estado ha ido perdiendo peso en los últimos años hasta suponer hoy el 16,5% del PIB. Solo cuatro puntos más de lo que representa el turismo que, aunque se levanten las actuales restricciones de movilidad entre países, su impacto sobre la economía se dejará notar. La composición de los sectores económicos en Euskadi es muy diferente. Nuestro PIB industrial supone el 23,5% y me consta que tanto el Gobierno Vasco como las Diputaciones Forales están ayudando y protegiendo a las empresas con distintas medidas de apoyo financiero y fiscal. Estas medidas están generando confianza para que la inversión privada se recupere y podamos remontar más rápidamente.

"Ya hemos tramitado más de 7.200 moratorias de préstamos en el País Vasco a clientes de Caixabank"

"Estamos siendo prudentes y haciendo hucha de provisiones porque la morosidad puede llegar al 5%"

"Me consta que Gobierno Vasco y diputaciones están haciendo un gran esfuerzo para apoyar la economía"