- Son las dos caras de la crisis sanitaria. Apremiados por una economía golpeada por la parálisis que ha provocado el virus y siguiendo la máxima emprendedora de que donde hay una necesidad hay una oportunidad, cuatro empresas guipuzcoanas se han unido en una joint venture a la que han bautizado con el nombre de Wolfratex (que evoca al wolframio descubierto en Bergara por los hermanos Elhuyar) para levantar en un pabellón cedido por Sprilur en Bergara una nueva factoría que producirá siete millones de mascarillas al mes.

Lazpiur (construcciones mecánicas), Grupo Egile (alta precisión mecánica), Embalan3 (embalajes industriales) y Servimasa (fabricación de mobiliario de cocina) contactaron hace unas semanas para ver cómo podían sumar su fuerza industrial y tecnológica ante una nueva necesidad provocada por la epidemia. El acuerdo se materializó con rapidez y cada una de las partes participa en el proyecto con el conocimiento de su actividad. En la página web de Lazpiur ya anuncia en su catálogo la posibilidad de proveer al mercado con tres tipos de mascarillas (FFP2, FFP3 y quirúrgicas) en el plazo de cinco semanas.

La histórica empresa de Bergara ha diseñado dos líneas de producción automatizadas. Una de las líneas va a través de la máquina LZ-Q1, diseñada para fabricar las unidades quirúrgicas, con una capacidad de producción de entre 100 y 120 unidades al minuto. Para fabricar las mascarillas FFP2 y FFP3, se emplean las máquinas LZ-FFP, capaces de producir entre 40 y 50 unidades por minuto.

Se espera que el Boletín Oficial del Estado publique hoy la orden que obligará a la ciudadanía a usar mascarillas en lugares públicos cerrados y en aquellos espacios abiertos donde no se pueda garantizar la distancia anticontagio. Esta medida multiplicará la demanda de este producto, lo que ha llevado a varias empresas guipuzcoanas a subirse a toda velocidad al carro de un proceso de producción para evitar seguir dependiendo del mercado exterior, con todos los riesgos que eso ha supuesto para el país en medio de una necesidad mundial por este material.

El anuncio de esta iniciativa empresarial coincidió con la aprobación por parte del Gobierno Vasco de subvenciones directas, por un montante total de 582.876 euros, a las empresas Nueva Sibol y Oiarso para la inversión en la compra e instalación de máquinas para producir mascarillas quirúrgicas de uso general, y FFP2 y FFP3 para uso profesional. Ambas empresas garantizarán diez millones de máscaras de alta protección y 120 millones de quirúrgicas en los próximos seis meses.

Para la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, la industria vasca ha demostrado que es capaz de “reaccionar y de multiplicar” su producción de mascarillas, e incluso de construir nuevas plantas de producción para cubrir las necesidades de Euskadi y de una parte importante del Estado.

Para el ejecutivo vasco, a la vista de lo ocurrido al comienzo de la pandemia, ve absolutamente necesario promocionar la producción local de productos sanitarios, para poder responder así a la necesidad de protección de la población y evitar una dependencia del exterior que en momentos críticos puede ser letal.

El acuerdo de Gobierno destina a la empresa vizcaina con sede en Zamudio Nueva Sibol una subvención directa de hasta 394.585 euros para producir mascarillas autofiltrantes tipo FFP2 y FFP3. La capacidad de Nueva Sibol, con esta nueva línea, pasaría de las 3.520.000 unidades al año a las 10.252.000.

En cuanto a la guipuzcoana Oiarso, es una cooperativa de Mondragon con sede en Hernani que comercializa sus productos del ámbito sociosanitario bajo el nombre de Bexen Medical. El Gobierno Vasco le ha concedido una ayuda de hasta 188.291 euros para fabricar mascarillas quirúrgicas 2R.

Las instalaciones de Hernani de Oiarso cuentan con 3.000 m2 repartidos entre la sala blanca de fabricación, almacenes y oficinas. Dispone de seis delegaciones regionales en el Estado y una amplia red de distribuidores internacionales. En su estrategia de desarrollo de nuevas áreas de negocio, decidió fabricar mascarillas quirúrgicas tipo 2R, labor a la que se dedica desde mediados de marzo.

La puesta en marcha de la nueva línea permitiría una producción mensual adicional de mascarillas de tipo 2R de 3,3 millones. Lo que supone un incremento de capacidad de 39.600.000 unidades/año. Además, tiene previsto crear cinco nuevos puestos de trabajo.