- El grupo en el que trabajan técnicos de hacienda del Gobierno Vasco y las tres diputaciones ya tiene un cálculo aproximado de cuánto caerá la recaudación en Euskadi este año a causa del coronavirus. El descenso será de entre un 20% y un 22%, lo que se traducirá en 3.000 o 3.500 millones menos. La horquilla no parece muy amplia, pero asumir que la cosecha fiscal de las administraciones vascas se va reducir una quinta parte respecto a la de 2019 es todo un ejercicio de pesimismo. Será el mayor desplome anual de la historia y es difícil imaginar un escenario más negro y sus consecuencias en las arcas públicas. Sobre todo porque sería consecuencia de un hundimiento de la economía y del empleo devastador.

Si la recaudación cae en torno a ese 20% estimado -el descenso es del 17% hasta abril- el Ejecutivo vasco ingresará cerca de 2.000 millones de euros menos de lo que preveía, pero tiene herramientas para evitar un agujero en los Presupuestos. Fuentes del Departamento de Hacienda reconocieron ayer que son números preocupantes. Sin embargo, los ahorros de los últimos tres años, el saneamiento de la cuentas públicas vascas y la capacidad de sobreendeudamiento dan margen para arreglar el descosido.

Además, el Gobierno Vasco está peinando el presupuesto para reasignar partidas aparcando algunos proyectos y potenciando las actuaciones prioritarias. La respuesta se completará con la parte que le corresponde a Euskadi de los 16.000 millones que el Estado repartirá entre las comunidades autónomas para compartir los gastos sanitarios y de emergencia social ligados a la pandemia.

De modo que hay recursos para levantar un muro e impedir que la grieta del coronavirus rompa el dique. Solo falta juntar todas las piezas -algunas están pendientes de negociación con Madrid- y utilizarlas como escudo ante los efectos de la crisis sanitaria. “Ahora es momento de trabajar para no dejar que caiga la economía. Tenemos que reactivar el tejido productivo y conseguir que el golpe en el empleo sea el mínimo posible”, explicaron a este diario desde el Departamento que dirige Pedro Azpiazu.

Por ello, el Gobierno Vasco considera “vital y urgente” que se reúna la Comisión Mixta del Concierto para llegar a un acuerdo sobre los nuevos límites de endeudamiento y déficit de Euskadi y fijar la cuota que le corresponde a Euskadi de los fondos que repartirá entre las comunidades. Esos detalles clave se concretarán a primeros de junio, coincidiendo previsiblemente con el momento en el que la economía vasca ya habrá tocado fondo y estará a punto de empezar a remontar tímidamente. De cara a preparar esa fase de recuperación, el Gabinete de Iñigo Urkullu necesita disponer de todas las cartas, incluidas las que ahora no están en su mano: la capacidad de endeudamiento, el margen de déficit y el dinero que recibirá del Estado.

Euskadi podría recaudar 2.000 millones menos de lo previsto, pero tiene herramientas para evitar un agujero presupuestario