-La crisis del coronavirus ha obligado a las empresas a adaptarse de una manera acelerada a un nuevo escenario para poder seguir desarrollando su actividad económica en la medida de lo posible. Y en esta situación, IMQ Prevención no ha sido una excepción. Su actividad, considerada como esencial durante el estado de alarma, ha cambiado la rutina diaria de realización de reconocimientos médicos, para enfocarla en tareas como la valoración de las y los trabajadores vulnerables, de los contactos estrechos… y ayudar a las empresas clientes en el desarrollo de su plan de contingencia. Incluso han puesto en marcha nuevos servicios orientados a la formación on line.

¿Qué ha supuesto el COVID-19 en el mundo de la prevención?

-La actual crisis sanitaria está incidiendo de forma muy directa en la actividad que los Servicios de Prevención (SPA) pueden realizar. Tanto en las disciplinas técnicas, como en la vigilancia de la salud, hemos tenido que centrar nuestra actividad en dar respuesta a esta nueva situación.

¿Cómo ha repercutido la pandemia en la actividad de IMQ Prevención, considerada esencial? ¿Están redoblando esfuerzos para dar el mejor servicio?

-Ante este nuevo escenario, la Administración nos ha dotado de nuevas competencias, principalmente, la realización de la investigación y seguimiento de los llamados contactos estrechos en el ámbito laboral (personas que en diversas casuísticas han tenido relación con personas sintomáticas por el nuevo coronavirus). Asimismo, colaboramos con la Administración en la gestión de la incapacidad temporal de los trabajadores, elaborando el preceptivo informe para que quede acreditada la indicación de incapacidad temporal y facilitar a los servicios de atención primaria su tramitación.

¿También han puesto en marcha nuevos servicios, como la formación on line o el de atención psicoemocional ante el estado de alarma?

-Las empresas deben formar a sus trabajadores ante la nueva situación, bien porque hay una exposición a un riesgo biológico o bien porque están teletrabajando. Ha habido un aumento de la demanda de estos cursos. Esta semana hemos sacado la formación específica para que las personas trabajadoras puedan realizar antes de incorporarse a sus puestos de trabajo el curso Coronavirus: riesgos y medidas de prevención, donde además de hablar sobre el virus en sí, también explicamos las medidas preventivas de protección, tanto individual como colectivas; decálogo de actuación ante los síntomas, etc. Por su parte, el servicio de atención psicoemocional ante el estado de alarma, a través de un equipo de profesionales en psicología da soporte a diferentes colectivos de personas trabajadoras que ante la situación que estamos viviendo necesitan de herramientas de afrontamiento para poder sobrellevar tanto el confinamiento, como la incertidumbre e incluso el miedo generado.

La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto que vivimos en un entorno VUCA (volátil, impredecible, complejo, ambiguo). En este contexto, ¿les ha obligado a adaptarse de forma acelerada a un nuevo escenario para poder seguir desarrollando su actividad económica en el estado de alarma?

-Por supuesto, una parte muy importante de las personas de la organización estamos teletrabajando, esto sería impensable hace un año. Estamos manteniendo comunicaciones fluidas entre los equipos diariamente a través de videoconferencias, compartiendo información… Asimismo, continuamos trabajando con nuestras empresas clientes de la misma forma que lo hacemos con nuestros compañeros.

Cada empresa ha tenido que desarrollar un plan de contingencia elaborado por la empresa y los servicios de prevención. ¿Está resultando una tarea compleja?

-Sí, porque tenemos que dar una respuesta rápida a todas nuestras empresas a la vez. Todas ellas deben disponer del plan en un tiempo récord y esto supone un esfuerzo para las compañeras y compañeros del área técnica, que deben preparar el plan y enviarlo a la empresa para poder trabajarlo conjuntamente. Lo mismo que los de vigilancia de la salud, que están haciendo una actividad muy personalizada con las personas, al tener que hacer seguimiento de contactos estrechos, análisis de vulnerables, etc.

¿La formación y la implicación de la plantilla son esenciales para cumplir los exigentes requisitos de seguridad que se exigen a las empresas?

-En materia de prevención de riesgos, la formación siempre es esencial para cumplir con los requisitos normativos, y en la situación que vivimos ahora aún más porque estamos ante un virus que vamos conociendo poco a poco y donde hasta la fecha las medidas de higiene universales y la distancia social son fundamentales. Es necesario que todas y todos no solo sepamos lo que tenemos que hacer, sino que lo cumplamos.

Con todo, ¿está siendo un tiempo de actividad frenética para IMQ Prevención, por los cambiantes protocolos de actuación, las nuevas directrices que van surgiendo…?

-En las primeras semanas de la pandemia es cierto que los protocolos nos cambiaban de la noche a la mañana, a medida que el Ministerio iba teniendo más información, y ha sido un tanto caótico. Ahora está todo más tranquilo en ese sentido.

El teletrabajo se ha convertido en una fórmula clave durante el confinamiento, pero ¿implica también riesgos para la salud?

-Si, por un lado está el riesgo ergonómico, ya que nuestras oficinas están adaptadas para cumplir con el R.D 488/97 de Pantallas de Visualización de Datos (características de la mesa de trabajo, sillas, etc.), pero tal vez nuestras casas no lo están. Y por otro lado, está el riesgo psicosocial, muchas personas pueden estar viviendo solas, otras viven con más familiares y hay que compartir espacios de trabajo y convivencia y eso puede generar ciertas crispaciones

El tema elegido este año en el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra el 28 de abril, es la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. ¿Son los principales males que acechan en este momento?

-No creo que sea así, los males existen de siempre, lo que ocurre es que hay momentos para cada uno de ellos y este año le ha tocado a la violencia y el acoso en el mundo. En IMQ Prevención llevamos más de 10 años trabajando de forma muy activa en este ámbito, sobre todo en la gestión de conflictos en las organizaciones, y en la inmensa mayoría de los casos, aquello que se denuncia como acoso, realmente no lo es. Nos encontramos casi siempre con malas relaciones interpersonales y mucho incivismo. Casos de acoso los hay, pero son los menos.

¿A qué sectores/trabajadores afectan más?

-No creo que podamos hablar de unos sectores más que otros, no sería justo. Creo que hay que hablar de empresas y de estilos de gestión. Cada vez son más las empresas que no toleran este tipo de comportamientos en sus organizaciones, y para ello están haciendo esfuerzos importantes en concienciar y formar a sus personas.

¿En términos generales, evoluciona al ritmo esperado la concienciación sobre la importancia de la seguridad y la salud laboral de los trabajadores y directivos?

-En Euskadi y en las empresas clientes de IMQ Prevención, que al fin y al cabo es la realidad que yo conozco, he de decir que sí. Como decía antes, las empresas están invirtiendo mucho en informar y formar a sus trabajadores, para que conozcan los riesgos de sus puestos. Una vez que la empresa pone los medios de seguridad necesarios, creo que es básico que cada una de nosotras y nosotros como trabajadores tomemos consciencia de que la seguridad es una responsabilidad nuestra y no la podemos delegar en terceros.

¿La pandemia del coronavirus ha tenido efecto en este sentido?

-Sí, todos sabemos lo que debemos hacer, lavarnos las manos, usar hidrogel, estornudar cubriéndonos con el codo. Esa es nuestra responsabilidad para con nosotros y para las personas de nuestro entorno más cercano. No debemos salir a la calle, más que para las actividades esenciales. Las empresas están implementando todas las medidas colectivas e individuales para la vuelta a la nueva realidad. Pero la verdad es que no podemos relajarnos ni bajar la guardia.