- ¿Le ha sorprendido esta avalancha de ERTE?

-No. Teniendo en cuenta la situación que vivimos es un instrumento que las empresas pueden utilizar y es lógico que lo hagan. La alternativa sería la inviabilidad por no poder asumir un periodo sin actividad tan prolongado.

¿Qué duración media tienen estos nuevos expedientes?

—No tenemos datos, cada empresa es un mundo. Esta posibilidad de aplicar ERTE por fuerza mayor en principio va ligada a la duración del estado de alarma. Muchas veces la duración es indeterminada.

¿En qué sectores se dan más casos?

-Creo que el ERTE es un instrumento adecuado para todas las empresas. Por ahora casi la mitad se concentran en los servicios, un 30% en industrias y la cuarta parte en construcción. Por número de trabajadores también son los servicios los más afectados, más de la mitad del total. Hay que recordar que la empresa puede elegir a qué parte de la plantilla lo aplica. Incluso una misma puede presentar más de un ERTE. En general, cuanto más pequeña es la empresa, mayor es el porcentaje de plantilla afectado.

¿Hay tendencia a complementar el desempleo a los trabajadores afectados?

-Hay algunas que sí, pero no todas las empresas pueden hacerlo.

Parece que la cifra de afectados se estabiliza en la CAV. ¿Hemos tocado techo?

-Es difícil preverlo. Sí vemos que, pasado el estallido de la segunda quincena de marzo, ahora en abril hay un menor ritmo, aunque las cifras siguen siendo muy superiores a lo normal. Para hacernos una idea, los ERTE presentados en esta situación duplican el número de expedientes presentados entre 2008 y 2012. Por número de afectados, la cifra es similar prácticamente que en todo ese periodo de crisis.

¿Cuál es el siguiente paso tras el ERTE? ¿Cómo saldrán las empresas?

-Bueno, ya se verá. Los ERTE de fuerza mayor van ligados a mantener el empleo y desde luego esa es la intención de las empresas. Luego la realidad será la que tenga que ser para cada empresa. El riesgo está ahí. No todas las empresas en ERTE van a poder aguantar una situación que no sabemos cuándo va a terminar. Va a depender mucho de las medidas de desescalada. Hay sectores como hostelería o turismo que van a ser los últimos en ponerse en marcha, y si no hay medidas de apoyo muchas empresas van a tener muy complicado recuperarse.

¿Teme un aumento de los concursos y las quiebras?

-Estamos en una situación inédita. Si miramos las previsiones, pues desde luego esto va suponer una elevada factura en términos de empleo y de desaparición de empresas. Al final una empresa que reduce plantilla pero sigue existiendo es una empresa que más adelante puede volver a contratar. Pero una empresa que cierra ya no. En la continuidad de las empresas va a estar la clave para podernos recuperar tanto a nivel de actividad económica como de empleo.

Por último, en relación al teletrabajo, que se alargará de forma generalizada al menos hasta verano. ¿Qué le parece a Confebask?

-Yo mismo estoy trabajando desde casa. Es una posibilidad que hace diez años sería imposible pero hoy día está ayudando al mantenimiento de un cierto nivel de actividad, lo cual es importante. Esto seguramente supondrá un antes y un después de cara a reforzar el teletrabajo a partir de ahora. Es una buena alternativa, además de los beneficios que tiene para controlar la pandemia.