- La comarca del Goierri, una de las más industrializadas de Gipuzkoa, había perdido en las últimas dos semanas su tradicional estampa de grandes y medianas empresas en plena actividad tras el cierre de las actividades no esenciales. Sin embargo, tras la finalización del periodo festivo de Semana Santa, desde ayer vuelve a recuperar, si bien no con la totalidad deseada, cierta imagen de normalidad.

Compañías tractoras del territorio como Irizar de Ormaiztegi y CAF en Beasain reanudaron ayer su actividad uniéndose así a la ya existente de la planta de Irizar de Aduna, de Indar y de Arcelor Mittal en Olaberria, lo que tuvo de manera indirecta una repercusión en el tráfico de la zona, que presentó niveles superiores a los registrados durante las semanas anteriores.

No hay que olvidar que en esta comarca se concentra un alto número de empresas guipuzcoanas con una intensa actividad, también en el exterior, que genera mucho empleo. Firmas como Ampo, Orkli, Jaso, Ederfil-Becker o Hine tienen, junto con los mencionados Indar, CAF, Irizar y Arcelor Mittal, su sede en diversas localidades que integran Goierri.

Por este motivo, el inicio de la actividad, aunque no alcance los niveles habituales, traslada un mensaje positivo tras la sucesión de ERTE que se han ido solicitando desde el ámbito empresarial de todo el territorio ante la obligación de parar la producción. La reapertura de las instalaciones y la reincorporación de las plantillas se ha realizado con dos velocidades, en función de la actividad y, sobre todo, dimensiones de la empresa.

Así, las grandes firmas tractoras que tienen su sede en Goierri comenzaron la jornada con un ritmo de trabajo más marcado, debido en gran medida a que debían dar respuesta a pedidos que se produjeron con anterioridad de que el Gobierno de Pedro Sánchez decretara el cierre de aquellas actividades no esenciales.

Este parón ha tenido una duración aproximada de ocho o nueve días por lo general, ya que las empresas aprovecharon los días festivos de Semana Santa para no alargar más la vuelta al trabajo. Por este motivo, los distintos encargos recibidos con anterioridad no han sufrido importantes retrasos, aunque en la actividad iniciada ayer se observó mucha operatividad.

Además de grandes firmas tractoras, Goierri alberga un tupido tejido empresarial correspondiente a la industria auxiliar y a medianas organizaciones empresariales cuya reactivación fue más suave. Este inicio más ralentizado se debe a que muchas de ellas son proveedoras de las grandes compañías y estas se encuentran en estos momentos arrancando.

Por este motivo, las pymes deberán esperar aún un periodo de tiempo para restablecer la ansiada normalidad, que se producirá siempre y cuando las tractoras logren obtener nuevas vías de negocio algo que, consultadas fuentes de la zona, se considera que puede producirse aunque no de momento al mismo nivel que antes del inicio del estado de alarma decretado ante la pandemia del COVID-19.

Si algo caracterizó ayer la vuelta a la actividad industrial en Goierri, además de un pico en el movimiento de personas y automóviles, fueron las medidas de seguridad que todas las empresas implantaron en función de sus propias características.

Así, muchas de las que tienen labores de oficina han optado por mantener a las personas empleadas en este sector en casa, y fomentar el empleo del teletrabajo. En otras ocasiones, en cambio, la actividad empresarial exige un trabajo presencial, ante lo que resultó preciso adoptar otro tipo de medidas.

Durante la jornada de ayer pudo observarse una incorporación de los trabajadores escalonada, en diferentes turnos, a fin de no coincidir muchas personas en un mismo espacio. En el caso de compañías de grandes dimensiones, la distancia de metro y medio o dos metros pudo respetarse sin problemas. Otras implantaron otras medidas para evitar un contacto como el cierre total o parcial de los vestuarios, junto con la toma de temperatura.

Goierri volvió ayer a recuperar una imagen que, si difiere de la considerada normal, comienza a acercarse a su espíritu industrial.

CAF. La firma ferroviaria con sede en Beasain y planta en Irun reabrió ayer las puertas de ambas factorías con un plan que, entre otras cuestiones, contempla la contratación de 100 trabajadores y una rebaja del 5% del sueldo de los directivos, mientras que el de la plantilla se mantendrá íntegro.

Irizar. La empresa fabricante de autobuses de tecnología avanzada decidió iniciar su actividad el pasado 14 de abril en Aduna, y durante las próximas semanas se irán incorporando nuevas líneas de actividad para recuperar el ritmo habitual. Ayer abrió la fábrica matriz, en Ormaiztegi.

Arcelor Mittal. La compañía angloindia ha planteado un ERTE para todas sus plantas que podría afectar a las que tiene en Olaberria y Bergara. Sin embargo, ambas fábricas han mantenido su actividad, si bien en mínimos.

El ritmo de trabajo en las empresas tractoras fue superior a las pymes para dar respuesta a pedidos anteriores al cierre

Los trabajadores accedieron a sus puestos de manera escalonada y tras adoptar medidas de seguridad como la toma de temperatura