- Las pymes industriales, sector mayoritario en el tejido empresarial guipuzcoano, echaron la persiana ayer en respuesta al último Real Decreto anunciado por el Gobierno de Pedro Sánchez en lo que significa el último golpe a una actividad que ya se había reducido tras el cierre de importantes empresas de las que eran proveedores.

Si ya el pasado viernes la actividad industrial en la CAV había caído alrededor del 50%, ayer lunes este porcentaje volvió a caer en una proporción que, de momento, es pronto para cuantificar. Sin embargo, un rápido vistazo a diferentes polígonos industriales distribuidos por Gipuzkoa permite aventurar un descenso brusco de la actividad de un colectivo, el de las pymes industriales, que tienen un peso específico en la economía del territorio.

Según fuentes empresariales, algunas empresas y cooperativas del territorio abrieron ayer sus puertas con el único objetivo de cerrar envíos de pedidos y preparar las instalaciones para un cierre prolongado. Las pymes que todavía disfrutaban del suministro de material para poder producir intensificaron en las últimas semanas su actividad con la previsión de que una decisión como la que anunció Pedro Sánchez el pasado sábado y se concretó a última hora del domingo podría llegar a producirse y, para minimizar en una pequeña parte las consecuencias, optaron por incrementar el ritmo y entregar con la mayor rapidez posible los pedidos. Incluso hubo empresas que trabajaron durante el pasado fin de semana.

Sin embargo, ayer todavía quedaban entregas sin realizar y de ahí que la poca actividad que pudo observarse en el sector industrial, uno de los más afectados por el nuevo decreto, respondiera a esta finalidad. No sin cierto malestar por las formas en las que se ha producido y que puede corregirse hoy si así lo establece el Consejo de Ministros, que ha previsto "aclarar" las condiciones de cierre de las empresas.

De momento, ayer los polígonos industriales como el 27 del barrio donostiarra de Martutene o el de Tolosa ofrecían una imagen muy poco habitual en cualquier otro momento, con las persianas de los talleres cerradas y muy pocos automóviles cuyos propietarios habían acudido al negocio a cerrar asuntos pendientes. El tradicional movimiento de furgonetas y camiones desapareció para dejar un paisaje desértico.

La misma sensación pudo vivirse en el conjunto de la CAV, donde este domingo la mayoría de las compañías habían hecho sus planes en función del primer decreto que el Gobierno Sánchez había filtrado. Una regulación conservadora con la que buena parte del tejido económico vasco se libraba. Pero a las 23.37 horas se conoció la redacción definitiva, mucho más restrictiva.

Eso obligó a cambiar planes sobre la marcha en empresas que trabajan a turnos, por lo habitual de mayor dimensión, porque las 24 horas de moratoria establecidas por el Gobierno español no daban mucho margen a las compañías para hacer el parón ordenadamente sin añadir más pérdidas a las ya evidentes.

Además de la siderurgia, un sector económico de indiscutible peso en Euskadi, esta confusión se generó también en sectores ligados al sector del metal como el aeronáutico, el de movilidad o el energético. Por ejemplo, ITP Aero que trabajó ayer anunció que hoy parará la actividad industrial aunque mantendrá las personas en teletrabajo

En Siemens Gamesa, parte de la actividad se mantiene al ser esencial porque está ligada al mantenimiento y el resto se detiene o puede ser realizada mediante teletrabajo, como el diseño o la administración. Como se puede suponer gestionar una empresa con tres actividades distintas afectadas añade aún más problemas.

En este contexto, otra siderúrgica vasca como Tubos Reunidos ya ha anunciado que parará del todo y presentará un ERTE en las plantas de Trapagaran y Amurrio.

La escasa actividad que se registraba ayer en Gipuzkoa respondía en buena medida a la gestión de pedidos todavía pendientes

Las pymes, muchas de ellas proveedoras de grandes empresas, ya habían reducido con anterioridad su producción