bilbao - En una visita a Bilbao para participar en un acto de la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia, Lorenzo Amor, que además de presidente de ATA es vicepresidente de la CEOE, repasa la actualidad del colectivo de autónomos.

Calificó de "desastre" para su sector la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2019. ¿Tan mala es la evolución del empleo autónomo?

-El entorno socioeconómico no es bueno. Hay una desaceleración en la creación de empleo y el número de autónomos empleadores ha bajado. El primer mes de 2020 tampoco ha sido bueno. El Gobierno prevé un crecimiento de la economía del 1,6%, nosotros pensamos que va a ser del 1,4%. Me gustaría que en España se crearan 500.000 puestos de trabajo este año, pero me da que no vamos a llegar a 200.000.

Cuando habla de un entorno negativo, ¿a qué se refiere?

-Está la desaceleración de la economía española, los aranceles en EEUU o el brexit. Además, cuando vemos anuncios de que se va a eliminar la flexibilidad en la contratación, a incrementar los costes laborales, a subir impuestos... Esto puede generar un daño tremendo al empleo. Pedimos un Gobierno moderado y estable dentro de la ortodoxia económica.

Dijo que la subida del salario mínimo a 950 euros era el acuerdo menos malo para los empresarios.

-Lo mismo que le digo que la subida del año anterior -de un 22%, hasta 900 euros- ha hecho daño al empleo, le digo que esta subida la prefiero antes que lo que se venía hablando, que eran 1.000 euros. Pero no me gusta. Aquí en la CAV apenas va a afectar pero sí le digo que en Extremadura o en Andalucía va a hacer daño.

¿Cómo es la relación de los empresarios con el nuevo Gobierno español PSOE-Podemos?

-Fluida y constante. ATA representa a todos los autónomos y no tenemos más remedio que tener lealtad institucional al Gobierno que toque, del signo que sea. Habrá encontronazos, seguro, pero también acuerdos.

¿Es una prioridad cotizar en relación a los ingresos?

-No todos los autónomos reclaman cotizar por sus ingresos reales. Es verdad que tenemos 600.000 autónomos cuyos ingresos no llegan al salario mínimo y a estos hay que reducirles la cotización ya. Pero hay otros que cotizan lo que pueden o que ni siquiera saben que pueden cotizar. Cuidado con hacer obligatorio esto para todos porque puede acabar suponiendo una bajada de la recaudación.

¿Qué medidas urgentes reclaman?

-Primero que se reduzca la cotización a los que están por debajo del salario mínimo porque eso evita que se vayan a la economía sumergida. Y, segundo, medidas que incentiven la cotización, por ejemplo que la cotización de los autónomos societarios no les cueste a ellos y sea un gasto de la empresa, quitar los topes de cotización a partir de 47 años o permitir las aportaciones voluntarias a la Seguridad Social al final de año según cómo haya ido la actividad.

¿Qué balance hace de los incentivos aplicados durante la crisis como la tarifa plana de 50 euros a la Seguridad Social?

-Han ayudado, y donde se siguen aplicando hay crecimiento de autónomos. Por ejemplo, en Madrid y Andalucía la tarifa plana dura 24 meses. Si España ha ganado 16.000 autónomos en 2019, más de 12.000 son andaluces mientras que Madrid gana otros 6.000. Sí hay que revisar algunas políticas de empleo muy enfocadas a los jóvenes pero que se han olvidado de los mayores de 50 años.

Uno de cada tres nuevos negocios no llega al tercer año de vida.

-Y estamos mejorando, antes era el 40%. Aquí se estigmatiza el fracaso, en otros países es parte de la carrera a la plenitud. En España no hay una ley de segunda oportunidad ni facilidades para el reemprendimiento.

¿Ocurre que la viabilidad del negocio va unida a los estímulos públicos y, cuando estos se agotan, el proyecto se viene abajo?

-No lo creo. Nadie dice que emprender sea garantía de éxito. Uno puede poner en marcha un negocio con capacitación y vocación pero, si el cliente no entra, pues va a fracasar.

En Euskadi el número de autónomos bajó en 2019 en 1.500 y lleva años estancado en la barrera de 170.000. ¿Por qué?

-Sí, sé que llevan tres años de descensos en Euskadi. Pero hay que destacar que la caída no está en los núcleos urbanos, está en zonas más rurales. Hay municipios de Álava y de Bizkaia en los que hay una auténtica despoblación. Si no hay clientes el comercio, los bares... tienden a cerrar. La despoblación de la que tanto se habla en España también afecta a Euskadi.

Sobre el problema del campo, ¿tanto daña subir el salario mínimo?

-Son muchos factores. El salario mínimo influye, sí. Incrementa aún más los costes mientras el precio del producto baja. Insisto, hay que solucionar el problema de los costes de producción, pero también revisar las vías de cómo llega el producto al mercado. En cuanto al PER, que puntualmente se baje el número de peonadas (jornadas de trabajo en el campo) para cobrar el subsidio no me parece mal. Pero cuidado con dificultar aún más la búsqueda de trabajadores. Si facilitas un subsidio con pocos días de trabajo puedes hacer que esas personas no tengan expectativa o ganas de seguir en la búsqueda de empleo.

¿Falta control para acabar con las irregularidades en el campo?

-La economía sumergida penaliza al autónomo. En España se realizan al día 500.000 actividades económicas que no están registradas. Cuando se habla de horas extras e impuestos que no se pagan o de precariedad hay que buscarlas ahí. Ahí es donde tienen que ir dirigidas las inspecciones.

Su sector se ha visto condicionado en los últimos años por la figura del falso autónomo.

-El número de falsos autónomos lo calculamos en 60.000 con una bajada brutal en los últimos cinco años. Es un 2% del total de autónomos que hay en España. Dicho eso, todo lo que sea falso autónomo es un trabajo asalariado y ATA no va a pedir que se legalice nada que sea una forma de trabajo asalariado. Pero no nos confundamos, el crecimiento de autónomos en los últimos años no se puede explicar por 60.000 autónomos encubiertos ni por 12.000 riders.

Aun así, ¿hace falta más regulación para evitar estos casos?

-Ya está regulado. Hay un decreto de trabajo digno, los tribunales se están pronunciando y el Gobierno está en ello con la aquiescencia de todos.