donostia - La que ha sido una de las noticias económicas de la semana pasada, la cancelación del Congreso Mundial del Móvil de Barcelona, ha abierto un debate sobre la posible utilización de la crisis sanitaria por intereses económicos, empresariales y hasta políticos. ¿Por qué ha cancelado la organización el evento? ¿Ha tomado una buena decisión?

Lo cierto es que la anulación de la feria ha despertado muchas dudas. Primero, debido a que no existe en realidad una alarma epidémica ni en España ni en Catalunya ligada al coronavirus y tanto el Gobierno español como la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguran que no hay motivos médicos para no abrir las puertas del certamen.

Pero también por la concurrencia de factores ajenos a la economía o, al menos, no ligados directamente a ella que generan sospechas. Entre ellos, la decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez de aprobar una tasa google o el enfrentamiento entre Estados Unidos y China para liderar el desarrollo tecnológico y la implantación de la quinta generación de las tecnologías de telefonía móvil (5G).

Algunos analistas han interpretado que la fuga masiva de compañías del evento -los principales operadores habían anunciado su renuncia antes de la cancelación oficial- podría interpretarse como un plante de los gigantes del sector a un país que está decidido a gravar las operaciones online de publicidad, intermediación y transmisión de datos, a pesar de la presión de EEUU y de que la Unión Europea no ha logrado llegar a un acuerdo al respecto.

impacto del coronavirus También hay quien detrás de las renuncias que ha precipitado la anulación del Mobile ve la mano de Washington agitando el avispero para frenar a Pekín en la carrera del despliegue del 5G. Más allá de esas teorías que podrían llegar a considerarse conspirativas, el impacto del coronavirus en el Estado y en concreto en Catalunya es mínimo.

La crisis sanitaria ya ha dejado casi 1.700 víctimas mortales y cerca de 69.000 contagiados, pero solo se han registrado tres muertes fuera de China y, de ellas, solo una fuera de Asia, un turista de 80 años y de origen chino en Francia. Con esas cifras en la mano y con las últimas informaciones, que apuntan a que el ritmo de contagio en China se está reduciendo, no cabe hablar de una epidemia a nivel mundial y, a riesgo de un rebrote, parece que la enfermedad empieza a estar controlada en suelo chino.

De ahí que se culpe al virus del miedo de la cancelación del Mobile World Congress (MWC) y se alimenten las hipótesis que apuntan a un complot para dinamitar la cita.

La coreana LG fue la primera multinacional en renunciar a acudir al Congreso y, a partir de ahí, la cascada de cancelaciones ha sido incesante. Antes de que la organización suspendiera el evento otros fabricantes de móviles como Sony, Nokia, Vivo o Ericsson ya habían renunciado a viajar. Las bajas de las principales compañías tecnológicas estadounidenses -Cisco, Intel, Facebook o Mcafee, entre otras- hirieron de muerte la feria. Y finalmente la ausencia de lo principales operadores europeos -Vodafone, Deustche Telekom y British Telecom- redujeron la cita a una reunión de fabricantes y tecnológicas chinas y españolas.

El encuentro anual en el que se presentan las principales novedades del sector había quedado reducido a poco menos que una cita turística por las destacadas ausencias y la cancelación del MWC parecía la única salida.

Sin embargo, la asociación de operadores que organiza el evento remó contracorriente para evitar el naufragio. Se trataba de evitar la oleada de reclamaciones de los sectores afectados por la anulación y el desprestigio que supondría para la marca. Al final, el miércoles, en una jornada frenética en la que primero se ratificó la celebración del Mobile y cuatro horas después se canceló, se tomó la decisión aludiendo a motivos de “fuerza mayor”. Se trata de una justificación que el código civil español vincula a circunstancias fuera de control como guerras, terremotos o incendios y que exime de responsabilidad al organizador de un evento en caso de cancelación. La maniobra abre la puerta a que MWC evite o al menos minimice el pago de indemnizaciones para la oleada de reclamaciones que se intuye para los próximos meses.

Cita en el BEC. La organización de la Bienal de Máquina-Herramienta (BIEMH), que se celebrará del 25 al 29 de mayo en el Bilbao Exhibition Centre y espera a firmas expositoras de 23 países, sigue trabajando “con absoluta normalidad” y con “cero incidencias” relacionadas con el coronavirus.Tras la cancelación de Mobil, fuentes del BEC señalan a Efe que se encuentran en plena preparación de la Bienal, que cuenta ya con más del 90 % del espacio expositivo ocupado.

millones de euros. El impacto económico de la cancelación del congreso Mobile ronda los 500 millones de euros. En esa cifra se incluyen las reservas de hotel, la actividad comercial y en la restauración, así como el transporte. El año pasado se crearon 14.000 empleos eventuales durante la feria tecnológica.

millones de euros. Las crisis sanitarias a nivel mundial siempre tienen un coste económico por el frenazo de la producción y la inversión y los vaivenes de la Bolsa. En el caso del coronavirus, la consultora Capital Económics estima que el impacto será de cerca de 258.500 millones de euros.