Gipuzkoa es, probablemente, el territorio de Euskadi donde el emprendimiento y la innovación empresarial está más presente, una circunstancia que puede tener su origen en la necesidad de generar riqueza y empleo mediante la puesta en marcha de empresas transformadoras, que han tenido que reinventarse de manera continua por la ausencia de recursos naturales, por un lado, y por la necesidad de tener que salir al exterior para poder mantenerse, por el otro. En todo ello hay también un factor importarte e inherente al propio territorio, como es la cultura del auzolan.

Este paradigma es lo que hace que el espíritu emprendedor e innovador de Gipuzkoa sea uno de sus activos más importantes por lo que es reconocida, incluso, a nivel internacional. Ese afán por emprender tiene una herramienta como BIC Gipuzkoa que presta asesoramiento en los procesos de creación de nuevas empresas innovadoras de base tecnológica y que se ha configurado como un instrumento extraordinario para que la actividad emprendedora no decaiga y siga creciendo año tras año.

La entidad liderada por su directora-gerente Marisa Arriola ha impulsado en 2019 un total de 26 nuevas empresas, que prevén invertir en el plazo de tres a cinco años un total de 14,7 millones de euros y crear 254 empleos, de las que el 31% van a desarrollar su actividad en el sector de la biosalud, otro 31% en el de industria, 27% en las TIC y, por último, el 11% restante en energía. Unos sectores que coinciden con la apuesta estratégica que Gipuzkoa está haciendo para incorporar nuevas actividades a su tejido productivo.

Durante el año pasado, BIC Gipuzkoa apoyó un total de 56 iniciativas emprendedoras, que han sido una muestra de la gran calidad de los proyectos que se presentan cada año dentro de unos niveles de solidez y exigencia en las áreas de actividad a la que se dirigen, fundamentalmente, en el sector de las TIC, que supuso el 39%, seguido de biosalud con el 16%, energía representó el 13%, mientras que el de industria, significó el 4% e industria 4.0, el 2%.

En sus 26 años de actividad, BIC Gipuzkoa ha apoyado 800 proyectos, ha hecho posible la creación de 400 nuevas empresas y otras 130 diversificadas. El 80% de las iniciativas emprendedoras que salieron al mercado siguen activas en la actualidad, muchas de ellas, como referentes en sectores y actividades innovadores. Entre ellas, se encuentran Graphenea, Wattio, Enigmedia, Irisbond, Quimatryx o Countercraft.

Sin abandonar el emprendimiento tradicional, ahora se quiere potenciar el intraemprendimiento en el seno de las empresas, con el fin de que dentro de la actividad de nuestras compañías surjan ideas innovadoras que den origen a nuevas startups y que puedan en el futuro consolidarse como empresas para regenerar nuestro tejido productivo. Un escenario donde se han producido iniciativas interesantes.

Y precisamente en ese marco de la innovación en el seno de las empresas hay que saludar el proyecto de Fabrika, el centro de alto rendimiento para la transformación de las empresas basado en la participación y la transparencia de las personas que trabajan en ellas, que el pasado viernes fue presentado por Adegi. Una iniciativa que nace con una vocación de proyecto de país y de traspasar sus fronteras, al entender que sus propuestas, en base al aumento de la competitividad de las compañías, la calidad de vida de sus empleados y, en definitiva, el bienestar del territorio donde se ubiquen pueden ser de aplicación general.

La Nueva Cultura de Empresa -en la que Adegi incluye la participación de los trabajadores en las compañías en lo que se refiere a la gestión y resultados, sin querer entrar en otro aspecto importante como es su presencia en el capital de las sociedades-, va a tener su materialización en este centro que estará operativo dentro de dos años. El centro tratará de diseñar un modelo de empresa más acorde con los nuevos tiempos, que sea atractivo para los jóvenes, que tienen unos valores diferentes, y la captación de talento, así como a valorar las llamadas soft skills es decir, aquellas habilidades en el ámbito del trabajo en equipo, la comunicación, el liderazgo, la resolución de problemas, etc. que comienzan a tenerse en cuenta en los perfiles de los nuevos empleados.

Las empresas están cambiando no solo porque los trabajadores manuales han dejado paso a los del conocimiento que se está convirtiendo en el activo más valorado en un mundo donde la digitalización ha provocado una transformación al crear nuevos modelos organizativos más transversales, con lo que las personas se han convertido en el centro del proyecto empresarial. En el caso de Gipuzkoa, también hay que tener en cuenta la negativa evolución demográfica que está provocando un déficit en el relevo de las personas, ya que mientras cada año 6.500 jóvenes cumplen 18 años, que es la edad mínima para poder trabajar, 8.600 personas dejan de ser activas al alcanzar los 65 años.

La apuesta transformadora de Adegi no es ninguna novedad en los 44 años de trayectoria de la primera asociación de empresarios de Euskadi, tras la desaparición del franquismo. En estas más de cuatro décadas salieron de su fábrica iniciativas y proyectos innovadores que, a día de hoy, siguen vigentes como el modelo de contrato de relevo para rejuvenecer la plantilla de las empresas; la constitución de Elkargi, que es la primera SGR del Estado a gran distancia de la segunda y que este año cumple 40 años, o la participación en el desarrollo, junto con los sindicatos, de Geroa Pentsioak, la única EPSV de empleo del Estado surgida de la negociación colectiva. Todo un ejemplo de actividad emprendedora.