donostia - ASLE, la asociación empresarial vasca de sociedades laborales y empresas participadas de Euskadi, entregó esta pasada semana el Premio Internacional de Economía Social Txemi Cantera, que ha recaído en Jack Stack, empresario estadounidense, fundador y presidente de la empresa participada SRC Holdings. Con más de 1.900 trabajadores-propietarios, se ha convertido en una referencia de la empresa participada en todo el mundo. ASLE otorga este premio desde 1991, y se trata de un galardón que busca reconocer a personas, empresas e instituciones de todo el mundo que más se han significado con la economía social, como la participación, la democracia y la solidaridad. Para Stack, ha sido “muy grato conocer el País Vasco” y otra forma de entender los negocios. El estadounidense, además de posibilitar la entrada en el accionariado de todos los empleados, ha generado una metodología con la que pretenden “generar una cultura de corresponsabilidad con la empresa y su proyecto, así como de responsabilidad social con el entorno” en el que trabajan. Stack recoge su filosofía de empresa en un libro que ha sido todo un best seller en la gestión y que se titula The great game of business.

¿Cómo ve un empresario estadounidense la actual guerra comercial entre EEUU y China?

-Desde mi punto de vista, no hay que verlo desde el punto de la política sino intentar proteger los empleos. Yo entiendo lo que quieren hacer unos y otros, lo que cada país intenta hacer, que es proteger sus empleos y generar riqueza para su sociedad. Si pensamos lo mismo, mi pregunta es por qué no nos podemos sentar, hablar, negociar y hacer negocios juntos.

El modelo de empresa participada por los trabajadores no es habitual en EEUU. ¿Cómo funciona el sistema para que las personas que trabajan en la empresa sean copropietarias de la misma?

-Cuando un trabajador se incorpora a la compañía, al final del primer año de trabajo y en función de los resultados de la firma, participa de un reparto de títulos bajo una fórmula que establece cuánto se va a repartir y cuánto va a recibir cada trabajador. Todo el mundo al término del primer año es propietario, siempre teniendo en cuenta que por normativa se limita el reparto de acciones al equivalente a un máximo de un 15% de la nómina. Depende de la evolución de la empresa en el ejercicio. Pero no todos los años se reparten nuevas acciones, solo los nuevos empleados reciben nuevas acciones. Para el resto depende de la evolución de la compañía y de las jubilaciones de trabajadores que se produzcan porque, cuando un trabajador se jubila, vende las acciones a la compañía, que las tiene que comprar a un precio establecido en función de la valoración de las mismas por expertos independientes. Para poder hacerlo necesitamos contar con liquidez, algo que hacemos rotando negocios.

La compañía ofrece seguros médicos, formación y a la jubilación las acciones. ¿Estas acciones qué pueden representar para un trabajador cuando se jubila?

-Depende de la evolución de la compañía, pero los últimos años los resultados han sido buenos y una persona que lleva muchos años en la empresa se puede ir con más de un millón de dólares.

Usted resalta mucho la importancia de la formación de los trabajadores, no solo respecto a su labor concreta, mecánico, ingeniero, etc. sino en cuanto a formarse en los negocios. ¿Por qué?

-Cuando empezamos con esto, allá por 1983, yo sabía el trabajo al que nos dedicábamos, que era hacer los mejores productos, los mejores motores para tractores, pero la fábrica donde trabajábamos entró en pérdidas y para asegurar nuestros empleos decidimos comprarla. Sabíamos fabricar buenos productos pero, cuando fuimos al banco a pedir un crédito de nueve millones de dólares, nos dijeron que no. Al banco le daba igual lo que hacíamos, quería un plan de negocio y recuperar su dinero. Yo no sabía nada de eso, pero aprendí y ahora queremos que los trabajadores sepan por qué se hacen las cosas, qué incidencia tiene la coyuntura económica, etc. Ese conocimiento nos permite tomar mejor las decisiones para que la empresa sea sostenible. No hay que olvidar que las reglas de juego las impone el mercado.

¿Cómo fija la retribución de los trabajadores?

-Nosotros analizamos la competencia y pagamos salarios en la media del mercado, pero luego tenemos unos bonus adicionales si los resultados de la compañía están por encima de la competencia. Pueden ser el 18% del salario. A la gente hay que ponerle estímulos. Nadie juega si no espera ganar algo. Además, está el plan de jubilación: la empresa aporta un 4% y el trabajador un 5% con los beneficios que se consiguen.

¿Qué claves tiene la cultura empresarial?

-Nuestra cultura pasa por la transparencia y la información. Todos los trabajadores tienen información de los números, de por qué se hacen las cosas, de las previsiones. De ahí la importancia de la formación. No es importante lo que fabricamos sino cómo hacemos las cosas.