donostia - La gestión política del cambio climático va a convertirse en uno de los asuntos centrales de la acción de los gobiernos en los próximos años, cada uno desde las competencias que tiene atribuidas. Las evidencias de este fenómeno son cada vez mayores y las consecuencias que se dibujan en el horizonte están avivando una conciencia social que empieza a exigir medidas drásticas alineadas con los preocupantes pronósticos que publican los científicos. El choque de intereses está servido.

Algo de esto se pudo ver ayer en Gasteiz, en la jornada sobre el futuro de la industria que organizó el sindicato UGT y en el que directivos de grandes empresas vascas y estatales enviaron un mensaje al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez en el que le piden que no "contraponga" las medidas de transición ecológica en su lucha contra el cambio climático al "desarrollo sostenible" de la industria.

Los responsables de las empresas emplazaron a los principales partidos políticos del Estado a suscribir un pacto que "despolitice" las medidas que afectan a la actividad industrial. En sus intervenciones, no ocultaron la desconfianza que les inspira el nuevo ejecutivo de izquierdas, sobre todo tras los mensajes sobre las restricciones al uso del diésel o sobre el incremento de la fiscalidad aplicada a este combustible y que consideran ha dañado al sector.

La jornada la organizó el sindicato UGT bajo el título Salvemos la industria. Claves para el desarrollo industrial y contó con la participación del lehendakari Iñigo Urkullu y la ministra de Industria, Reyes Maroto. Los empresarios y directivos tomaron parte en una mesa redonda con el título Transformar la política productiva: políticas activas, pero que fue el marco para enviar el recado al nuevo Gobierno sobre cómo afrontar la lucha contra el cambio climático sin dañar al sector industrial; o como señaló Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, de manera "inteligente", evitando caer en "trampas". Además del citado Imaz, la jornada contó con la presencia del presidente de Sidenor, Jose Antonio Jainaga; el presidente de Gestamp, Francisco Riberas; y el secretario general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española, Juan Antonio Labat.

"Gran acuerdo" En sus intervenciones, todos ellos coincidieron en criticar los mensajes que se han lanzado en los últimos meses en torno al diesel. Por ese motivo, reclamaron al nuevo Gobierno que no "contraponga" las medidas para la protección del medio ambiente y para el fomento de la transición ecológica con las posibilidades de "desarrollo sostenible" de la industria. Imaz afirmó que el nuevo ciclo político que se abre con la conformación del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos es una "oportunidad" para que partidos, empresas y sindicatos suscriban un "gran acuerdo" en torno a la política industrial, con el fin de coordinar las políticas industriales, medioambientales y fiscales para garantizar la competitividad y el futuro del sector.

El CEO de Repsol subrayó que es necesario mantenerse "firmes" en los compromisos sobre la descarbonización de la actividad industrial, por lo que consideró que no hay que bajar "ni un ápice" los objetivos sobre la reducción de las emisiones de CO2. No obstante, subrayó que esto se debe llevar a cabo de manera "inteligente", aprovechando las "capacidades" de cada país y evitando caer en "trampas".

Mucho más crítico con el nuevo Gobierno español fue el presidente de Sidenor, Jose Antonio Jainaga. "Llevan tres días y no se puede decir mucho; pero teniendo en cuenta los actores del Gobierno y su pasado, tengo muchas dudas", admitió, en referencia a sus expectativas respecto al apoyo que el gabinete de Pedro Sánchez pueda dar a la industria. Jainaga denunció la "presión extraordinaria y peligrosa" que -según dijo- ejerció el Gobierno del PSOE en 2019 sobre la industria del automóvil, con anuncios sobre la "prohibición" de los vehículos con motores de combustión y mensajes que "demonizaban" el diésel, lo que generó un "frenazo" de las ventas de automóviles.

Además, criticó la "falta de sensibilidad" del ejecutivo con la reducción de los costes energéticos que han de afrontar las grandes empresas: "Nos hemos sentido poco escuchados y no bien tratados".

A su juicio, el nuevo Ejecutivo ha situado la política medioambiental "por encima" de la industrial, lo que calificó de "muy preocupante".

teresa ribera y yolanda díaz Aún más crítico con la política industrial que pueda desarrollar el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos se mostró Juan Antonio Labat. El dirigente de FEIQUE aseguró que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "entiende perfectamente" que el futuro de la economía española pasa por la industria. No obstante, denunció que el Ministerio para la Transición Ecológica, dirigido por la ministra Teresa Ribera, "está en contra de la industria". De hecho, aseguró que a dicho Ministerio "no le importa que desaparezca" el sector industrial. Por el contrario, consideró que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, "'ha demostrado sobradamente" durante su trayectoria que apoya a la industria, por lo que ha expresado su confianza de que pueda actuar como "acicate" para que el nuevo Ejecutivo respalde al sector.

El presidente de Gestamp, Francisco Riberas, opinó que los sucesivos gobiernos que han existido en España en los últimos años no tuvieron "suficiente sensibilidad industrial". Por ese motivo, coincidió con el resto de los intervinientes en que resulta necesario un pacto que sitúe las medidas de apoyo al sector "por encima de la política". Riberas considera que más allá de que la gobernabilidad "pueda ser complicada", resulta imprescindible garantizar un mínimo consenso sobre ámbitos estratégicos como la educación o la industria.