donostia - El motor de la contratación se mueve con el combustible que aportan las grandes actividades de servicios. Una lógica que tira del empleo femenino, que se sigue abriendo camino en dirección a ese objetivo, todavía lejano, de la paridad en términos absolutos. Este año ha crecido la afiliación a la Seguridad Social en Euskadi en 17.810 cotizantes (datos hasta noviembre), de los que casi dos terceras partes son mujeres. En términos porcentuales, el empleo femenino ha crecido un 2,5%, el doble que en el lado masculino.

No es la primera vez que las mujeres tiran de la contratación en Euskadi. De hecho, ha sido la tónica desde que arrancó la recuperación del empleo en 2014, pero este año se agudiza esa tendencia. Evidentemente son muchas las causas que explican este proceso de incorporación de la mujer al mercado laboral, no solo económicas, también históricas y sociales. Pero desde el punto de vista laboral hay un cierto consenso a la hora de vincular el aumento del empleo femenino con el auge de actividades marcadas por la precariedad.

Servicios como la hostelería, la limpieza, el cuidado de mayores o el comercio empujan frente a la recaída del empleo industrial. Las propias patronales metalúrgicas intentan romper con la lógica que aleja a las mujeres de trabajos industriales, pero las desigualdades del pasado dejan huella en las estadísticas. Es un hecho que la imparable expansión del sector servicios tiene mucho que ver con el crecimiento del empleo femenino.

En Euskadi la afiliación a la Seguridad Social ha crecido este año, a la espera de conocer los datos de diciembre, en cerca de 18.000 trabajadores, con amplia mayoría de mujeres. En concreto, desde diciembre del año pasado aumenta en 11.195 el número de mujeres dadas de alta en el sistema, el 63% del total, por 6.615 hombres. La curva del empleo femenino crece el 2,5%, lo que supone prácticamente duplicar el avance de la afiliación entre los hombres, del 1,3%.

Dentro del último ciclo alcista del empleo solo en 2014 se registra una descompensación tan acusada, precisamente en el primer acelerón del mercado laboral vasco tras la crisis. En los siguientes ejercicios el margen favorable a las mujeres ha sido bastante más corto. Aunque la balanza tiende a equilibrarse, el número de trabajadoras vascas (466.672) sigue por debajo de la cifra total masculina (513.236).

También es más elevada la tasa de paro, que según el último dato de Eustat roza el 10%, un punto y medio más que entre los hombres. Aunque en los últimos años las posiciones han llegado a intercambiarse, el indicador vuelve a ser más desfavorable para ellas. Ocurre que la entrada al mercado de trabajo en sectores feminizados se produce en mayor medida vía contratos temporales, un factor que también coloca a las mujeres más cerca de la puerta de salida.

La subida del empleo femenino se concentra en el régimen general de cotización, en el que se engloban los grandes sectores, mientras pincha el apartado de empleadas de hogar, uno de los que hasta ahora más estaba creciendo. Con todo, el régimen del hogar sigue siendo casi exclusivo de mujeres, con 27.500 trabajadoras frente a apenas un millar de hombres.