donostia - Soplan vientos cada vez más fríos para la industria, que contiene la respiración intentando averiguar si se avecina tormenta. El mes de octubre ha sido malo para el sector en Euskadi, que se contagia del panorama adverso tanto en el Estado español como en el resto de Europa. Tras un año muy plano, los pedidos en las empresas industriales vascas retroceden casi un 5% en octubre y confirman que 2020 va a ser un año complicado.

De momento no hay motivo para la alarma, pero las propias empresas industriales tienen claro que las cosas "se pueden complicar" a lo largo del año que viene. A la reconversión que atraviesa la automoción, las dudas del mercado inmobiliario o el riesgo permanente en el que vive el acero se unen factores externos como el brexit o la guerra comercial internacional, que alimentan la incertidumbre.

De este punto de inflexión trata de salir la industria vasca por la vía de la innovación y la especialización, pero los datos brutos dicen que la actividad tradicional todavía pesa. En octubre retrocede la cifra de negocios de la industria vasca un 2,5% en relación al mismo mes de 2018, según datos del INE, lo que empeora el dato de septiembre aunque no es la peor cifra del año.

El presente ejercicio arrancó bien, pero a partir de abril se combinan borrones con números planos para entrar en terreno negativo a partir de agosto.

La foto se completa con una caída en el volumen de pedidos del 4,7%, una nueva advertencia de lo que viene a corto plazo. Este es el indicador más relevante sobre el futuro del sector y lo cierto es que los datos del INE no invitan al optimismo.

Queda abortada la incipiente recuperación de septiembre después de un ejercicio muy templado y, a falta de conocerse los datos de noviembre y diciembre, la estadística alimenta los temores de las empresas industriales de cara a 2020. El bajón de este pasado octubre contrasta con el incremento de los pedidos del 7% cosechado en 2018.

Será determinante para el sector la evolución de las grandes plantas vascas de automoción y su industria auxiliar, así como la construcción. En cuanto al entorno, la industria española anota valores planos en octubre, tanto en lo que se refiere a ventas como a pedidos.