La ilusión por la llegada de los Reyes Magos ha invadido este jueves Donostia desde primeras horas de la mañana, con su aparición en Tabakalera, hasta el anochecer, cuando la tradicional cabalgata ha tomado las calles más céntricas de la capital guipuzcoana.

Miles de personas se dieron cita en el circuito con salida y llegada en el Boulevard para presenciar el desfile, que arrancó con la carroza del Nacimiento, seguida de la de Melchor, Gaspar y Baltasar. Esta vez, el desfile de los Reyes Magos contó también con una quinta carroza para los cabezudos.

La relajación de la pandemia permitió a los asistentes apretujarse sin temor y dejar las mascarillas en el bolsillo, para viajar en el autobús o tren. Además, la comitiva recuperó su trayecto tradicional, con ida por la calle Urbieta y retorno por Prim. El pasado año, el viaje se alargó hasta Pío XII y el año anterior no hubo cabalgata a causa de la pandemia.

Este jueves muchos niños y niñas pudieron disfrutar de la ilusión de ver a los Reyes tanto sentados en los bordillos de las aceras, como de pie o a hombros de sus familiares para no perderse el espectáculo.

Las numerosas familias que presenciaron el espectáculo de la cabalgata de Reyes aprovecharon la buena temperatura para el mes de enero, y se divirtieron con el ritmo y el colorido de la comitiva, compuesta por unas 600 personas.

Pajes, carteros reales, bufones, payasos, trikitilaris, la txaranga Joselontxos y distintos personajes dieron animación al desfile, que terminó con el tren TxuTxu y el siempre bienvenido camión de los bomberos lanzando bocinazos.

Los grandes regalos que se podían percibir dejaron con la boca abierta a más de un niño y niña, ilusionados de que sus peticiones viajaran delante de sus ojos.

Melchor, Gaspar y Baltasar, por su parte, viajaron cómodamente en lo alto de sus carrozas y, además de saludar y lanzar caramelos a diestro y siniestro, descansaron de la vuelta que llevaron a cabo por la mañana por distintos barrios de la capital guipuzcoana. En todos y cada uno de ellos, los niños y niñas se acercaron a darles una calurosa bienvenida y observarlos de cerca.

Los que, además, pudieron charlar un momento con ellos fueron los que se acercaron al salón de Plenos del Ayuntamiento a partir de las 15.30 horas. En tres filas diferentes, según las preferencias de cada cual, los txikis conversaron con su rey favorito y respondieron a sus preguntas para volver a casa con la esperanza de haber sido escuchados.