LA obra para conectar los colectores subterráneos de Loiola y dejar sin uso la actual estación de bombeo, ubicada junto a la estación del Topo, ha entrado en su recta final. Aguas del Añarbe ha informado a los vecinos de que durante las noches de esta semana escucharán ruidos ya que los trabajos requieren la apertura de una zanja que cruzará la travesía de Loiola. Dado que es una carretera muy transitada, la Diputación ha obligado a que estos trabajos se efectúen de noche, de modo que la vía pueda ser cortada al tráfico.
Hasta ahora, la estación de bombeo de Loiola, a la que llegaban las aguas del alcantarillado de parte de Donostia, así como de localidades vecinas, ha provocado malos olores, muy molestos para los residentes en la zona. Una vez unidos los colectores de modo subterráneo con la depuradora, la estación de bombeo quedará fuera de servicio y, entonces, podrá ser demolida, tal y como esperan los vecinos. En su lugar, el Consistorio tiene previsto desde tiempo atrás crear una plaza pública.
Los trabajos de conexión de los colectores comenzaron en septiembre y estarán concluidos a mediados de diciembre. Según la empresa Aguas del Añarbe, las obras de conexión de las grandes tuberías que llevan las aguas del alcantarillado tienen un importe de 270.110 euros y están siendo ejecutadas por Construcciones Amenabar. Pos su parte, también han sido adjudicadas las obras para desmontar y suprimir la Estación de Bombeo de Aguas Residuales, que será ejecutada por la empresa Urbycolan por un importe de 90.000 euros. Después, tocará el turno del Ayuntamiento, que deberá diseñar y ejecutar una plaza, conectada con la futura estación del Topo en este punto, que será renovada, según los planes de EuskoTren.
olores
Obras en la depuradora
Con la desaparición de la caseta que acoge la estación de bombeo desaparecerá uno de los puntos de mal olor del barrio. El segundo, la depuradora de aguas residuales situada en el camino de la Hípica del mismo barrio, ha sufrido actuaciones para suprimir el mal olor, aunque este se desprende aún hoy en determinadas ocasiones.
Hace un año, comenzaron las últimas actuaciones dirigidas a eliminar los molestos efluvios de la depuradora de Loiola. La actuación fue financiada por el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino y costó 3,8 millones de euros.
Las obras han consistido en tapar la superficie que quedaba al aire libre de la estación depuradora, un total de 10.000 metros cuadrados. En total, se cubrieron los ocho decantadores con placas de una aleación especial de aluminio, parcialmente desmontables para las tareas de limpieza y mantenimiento. También se instaló un sistema de desodorización del aire contenido en el recinto cubierto, entre otras actuaciones.
La depuradora de aguas residuales fue inaugurada en julio del año 2005. Desde entonces, ha sufrido varias obras de elevado coste para evitar que el mal olor salga al exterior.