Desde el principio de la pandemia, a Rafael Bengoa le ha tocado transmitir mensajes más bien antipáticos. Partidario de restricciones severas, "que son las que han funcionando en los países que nos llevan mucha ventaja", no ha dejado de alertar sobre los peligros de relajar las medidas. Incluso ahora, cuando los números llevan semanas de descenso, cree que es importante no bajar la guardia. "Como se va bajando un punto todos los días, da la sensación de que esto está bajo control cuando no lo está", advierte. Eso no quiere decir que no aprecie la mejoría e, incluso, que vea razonable dejar de usar la mascarilla en exteriores.

Mirando a lo inmediato, Bengoa cree que hay que poner mucho celo para evitar la difusión de la variante india o Delta. "Cuidado con invitar alegremente a turistas ingleses", dice, apuntando que no sabemos si las vacunas actuales son efectivas frente a esa modalidad del virus, del mismo modo que se desconoce todavía cuánto tiempo dura la inmunidad que procuran o si será necesaria la revacunación de la población.

En cuanto al medio o largo plazo, las noticias no son muy halagüeñas. Ya no solo por los posibles brotes de covid, sino porque esta no será la última pandemia. "En los últimos años ha habido 12 saltos del virus de animales a personas y seguirá habiéndolos. Tenemos que tenerlo claro porque hasta ahora hemos sido muy arrogantes respecto a las enfermedades infecciosas", sentencia.

La clave para hacer frente a lo que queda de esta pandemia y a las que puedan venir estará, sostiene el experto, en el refuerzo del sistema público de salud. "Este virus —dice— ha hecho visibles las vulnerabilidades . Se ha cebado, por ejemplo, en las residencias porque las teníamos desprotegidas, y eso no puede volver a pasar". Entre otras muchas, la comunicación será una herramienta fundamental, evitando crear confusión y, sobre todo, "diciendo a la gente la verdad, no lo que quiere oír, porque va siendo hora de tratar a la población como personas adultas", remarca el exdirectivo de la OMS.