l duelo por el tercer y cuarto puesto del Cuatro y Medio entre Joseba Ezkurdia y Peio Etxeberria fijado el sábado en el Labrit de Iruñea cambia el debut de Andoni Gaskue (Larraintzar, 1999). En principio, iba a contar con el derrotado de la semifinal del Ogueta entre Altuna III y el de Arbizu, pero finalmente tendrá al dos veces campeón del Manomanista y una del Parejas, Iker Irribarria, como padrino. El zaguero se estrenará el viernes con Aspe frente a Danel Elezkano y Xabier Tolosa, a partir de las 22.00 horas. Firma con la promotora de Eibar por dos campañas. “El debut es una vez en la vida. Será en el frontón de casa, en el que llevo entrenando desde niño. Me hace mucha ilusión”, reseña. Todo apunta que hará el estreno y se le alineará en el Campeonato de Parejas de Promoción. A todo gas.

Aunque lo cierto es que la carrera de Andoni se ha vivido a dos velocidades: por un lado, Gaskue se reconoce como una rara avis dentro de los zagueros habituales -más fino, más delgado- y algo mayor en comparación a la política de debuts de las empresas -22 años, cumple 23 el 20 de mayo-, cociéndose a fuego lento en el campo aficionado; por el otro, en esta campaña, con sus altibajos -lesión de gravedad y campeón del mundo en cosa de siete meses- se ha desarrollado todo tan rápido... “Estas semanas han sido una locura para mí”, relata el ultzamarra, quien prosigue que “este año empezó como otro cualquiera”. Pero no. El 26 de marzo, en un duelo programado por la Federación de Nafarroa, llegó la pedrada en el tendón de Aquiles. Fractura. Vaticinio: siete meses de baja. “Se me cayó el mundo encima. No te lo puedes creer. Tienes que cambiar tu forma de pensar: te das cuenta de que lamentarse no sirve para nada, que hay que afrontar la rehabilitación con ganas e ilusión. A eso me puse”, evoca. Trabajó con el prestigioso fisioterapeuta Jurdan Mendigutxia, de Zentrum, y acortaron los plazos. “Es una máquina”, afirma Gaskue. A los cuatro meses ya estaba corriendo y entrenando en frontón. No hay milagros: trabajo, trabajo y trabajo.

Después, Mikel Lana confió en su nivel para ir al Mundial sub’23. Conquistó el oro junto a Ander Murua el 22 de octubre. Y todo se precipitó: una llamada de Jon Apezetxea para entrenar en Tolosa el martes 26 y la firma del contrato, que se hizo pública ese mismo miércoles. El debut: nueve días después. Todo en quince días. Vértigo. Aspe quería verle en acción junto el también aficionado Aarón Arbizu y Gaskue convenció. “Fue una alegría terrible”, admite, pues con 22 años -vista la política de fichajes empresarial-, lesionado de gravedad, el tren del profesionalismo parecía esfumarse. No fue así. “Llevaba unos cuantos años entrenando con Aspe y siempre tienes la ilusión de debutar. En marzo estaba en mi mejor momento y se comentaba que igual podía haber una oportunidad, pero me rompí el tendón. Cuando parecía que estaba cerca, se me cayó el mundo encima. Pierdes un poco la ilusión. Aun así, cambié rápido de mentalidad. Después de todo el trabajo realizado, me ha llegado el premio”, desgrana. “Este año he tenido que trabajar más que nunca. Ha dado sus frutos. Esto es el premio a toda una vida de esfuerzo en la pelota”, remacha el ultzamarra. Un final made in Hollywood. El inicio de una nueva etapa.

Gaskue reconoce que “últimamente están debutando chavales muy jóvenes, que apenas han estado en el campo aficionado”. “Mi caso es diferente, soy un pelotari que ha ido más a fuego lento. Ahora lo que quiero es disfrutar. Espero que me respeten las lesiones y las manos y dar mi verdadero nivel sobre la cancha. Mi objetivo es ir mejorando día a día”, declara. Es un currante. “En el campo aficionado es donde se aprende de verdad a jugar a pelota. Hay que tener paciencia y se aprende a trabajar cada tanto”, analiza el debutante de Aspe.

Respecto a sus referencias, Andoni Gaskue tiene a José Javier Zabaleta y Beñat Rezusta en un altar. “Son los números uno ahora mismo”, define el guardaespaldas. “Siempre me ha gustado Juan Martínez de Irujo. Tampoco me olvido de los últimos grandes zagueros que han jugado las tres modalidades: Abel Barriola y Patxi Ruiz”, agrega. “No soy como ellos, soy Gaskue. Soy un zaguero distinto: más delgado, fino. No soy un pegador como Beñat o José Javier ni un especialista como Abel o Patxi. Estoy a medio camino. Me muevo fácil de la cancha y tengo capacidad de sufrimiento”, finaliza el ultzamarra.

Andoni Gaskue se estrenará el viernes con Aspe compartiendo gerriko con Iker Irribarria frente a Elezkano y Tolosa

En marzo se fracturó el tendón de Aquiles, lo que unido a sus 22 años parecía alejarle del profesionalismo, al que al final ha llegado

“Mis referentes son José Javier Zabaleta y Beñat Rezusta, que son los números 1 ahora mismo”

“En aficionados es donde se aprende de verdad a jugar. Hay que tener paciencia y trabajar”

Pelotari de Aspe