- La victoria en el Masters CaixaBank fue un "punto de inflexión" para Artola. Otro pequeño paso adelante en una carrera forjada a fuego lento, a base de trabajo para consagrarse en la elite. El delantero alegiarra mostró su saber estar en la cancha durante todo el torneo y supo entender cada situación de juego para llegar hasta la txapela.

¿Qué tal se siente tras ganar el Masters CaixaBank?

—Estoy muy a gusto y satisfecho por ganar. Muchas veces la victoria no está en nuestra mano y realmente estoy satisfecho porque hice un buen campeonato. Mi objetivo sigue siendo ser el mejor pelotari posible y siento que con esto he dado, otra vez, un pequeño paso hacia adelante. Es como un punto de inflexión para ver que todo el trabajo que estamos haciendo sirve para hacer una valoración positiva y estoy muy satisfecho en ese aspecto.

En la final se le vio a un gran nivel, acertando en casi todas sus decisiones.

—Mi sensación también fue esa. Nada más debutar, parece que los contrarios entienden más el juego y que a ti te cuesta, pero eso es cuestión de experiencia. Es algo que no se entiende hasta que lo empiezas a sentir tú mismo. Siempre se aprende y después de jugar tantos partidos, contra los mismos contrarios, a veces acertando y otras no, se va cogiendo experiencia. Beñat Rezusta me facilitó mucho las cosas, pero mi trabajo consistía en eso. En entender el juego y en saber llevar el partido. Hace años tenía la sensación de que en algunos partidos fallaba en esas cosas. En eso también he acertado y estoy muy a gusto con eso.

¿Cómo es jugar con Rezusta como compañero?

—No solo me tocó jugar con Beñat; me tocó jugar con un muy buen Beñat. Está en un momento muy bueno y aparte, no sé si es por la manera de jugar o porque los dos somos pelotaris con golpe, creo que sumamos bastante como pareja. Hubo días en los que nuestra táctica fue echar la pelota atrás, que el zaguero se canse y es algo que los dos podemos hacer. La verdad es que Beñat juega un montón y lo bueno que tiene es que los días que no le pega tanto, nunca está sin ganas de trabajar y el delantero está a gusto sintiendo que cubre los sitios y que aunque falle está metido en el partido. Si tiene que pegar en un tanto veinte pelotazos, lo va a hacer. En casi todos los campeonatos si no está en la final, está en la semifinal y eso no es casualidad. Había comprobado su nivel muy bien como contrario y ahora he tenido la suerte de probarlo como pareja.

Ganaron la txapela, pero acabar de disputar este torneo fue una victoria para todos los pelotaris.

—Cuando lo anunciaron lo veía así y, ahora viéndolo en perspectiva, creo que las empresas acertaron con jugar este Masters. Hoy en día, a la gente lo que le tira es la competición. Se está viendo que cada vez más gente quiere ver competición y crear un medio campeonato, o torneo importante, con parejas mixtas, creo que sirvió para que la gente lo siguiera bastante. El domingo la entrada fue buena dentro de lo posible y las cosas salieron mejor incluso de lo que esperaba. No sé cuáles serían las previsiones de la empresa, que nos dice que está todo muy mal, pero, viendo en general cómo están las cosas y el resto de los deportes, salvaron bastante la situación y acertaron con este formato.

Esto no para y ahora llega el Manomanista, ¿qué objetivos se pone para este campeonato?

—Un objetivo concreto tampoco me pongo. Estoy viendo que cada vez puedo estar más arriba. En parejas, ya he conseguido un nivel y una constancia para estar ahí, algo que en los partidos individuales me está faltando. Siempre me ha gustado el mano a mano y el cuatro y medio, pero, por una cosa u otra, no he conseguido el mismo nivel que a parejas. Por eso, mi objetivo es trasladar ese nivel a las modalidades individuales.

Ese salto es una prueba de que el pelotari no se hace de un día para otro.

—Claro, hay casos muy excepcionales que incluso con 20 años pueden jugar mucho y están en la élite, pero lo normal no es eso. Le he escuchado a más de uno decir que hasta que te retiras estás aprendiendo a jugar a pelota y, por lo menos, eso pienso. Llevo siete años de profesional, con 26 años ya y todavía hay veces que pienso: Cómo es posible que haga estas cosas tan mal con todos los partidos y entrenamientos que he hecho (risas). Pero, al mismo tiempo, pienso que es positivo ver que tengo tanto por mejorar. No siento que haya llegado a mi tope de juego.

Un proceso que varios compañeros suyos ya no podrán vivir al no haber sido renovados.

—Es una pena. No solo lo digo porque me pongo en su sitio; también como pelotazale. Esta vez a mí me hizo tanta ilusión esta txapela porque sentí que había jugado contra los mejores. Con las decisiones que está tomando nuestra empresa últimamente se está viendo que lo de que en profesionales tienen que estar lo mejores y el criterio deportivo no se lo está tomando en serio. Además, estos pelotaris se tienen que curtir. Seguramente, darán su mejor nivel entre los 25 y los 30 años y eso el pelotazale lo quiere ver. El que paga su entrada y el que lo ve por la tele quiere ver a los mejores y no podemos ser nosotros los que degrademos el espectáculo.

"Con las decisiones que está tomando nuestra empresa se ve que el criterio deportivo no se lo toma en serio"

"No solo me tocó jugar con Beñat, me tocó jugar con un muy buen Beñat. Sumamos bastante como pareja"

"Pienso que es positivo ver que tengo tantas cosas por mejorar. No siento que haya llegado a mi tope de juego"