- La manifestación 20-M Rural que se desarrolló el pasado domingo en Madrid bajo los lemas Juntos por el campo y El mundo rural despierta, fue un clamor para demandar respeto y dignificación a las gentes del campo y sus tradiciones. Los asistentes reclamaron servicios sociales y sanitarios dignos, un plan de choque que paralice el incremento de los precios de producción agrarios, la reducción de las tarifas eléctricas, el cese de los ataques a actividades como la caza y la retirada del anteproyecto de Ley de Bienestar Animal, entre otras reivindicaciones.

La movilización, que transcurrió en un ambiente festivo, había sido convocada por numerosas organizaciones agrarias y ganaderas, así como entidades vinculadas al mundo rural, al regadío o a la caza, y, según los organizadores, fue secundada por 800.000 personas que llenaron el céntrico paseo de la Castellana. La protesta partió frente al Ministerio de Agricultura y tuvo su conclusión ante el Ministerio de Transición Ecológica.

La nutrida representación de cazadores de Euskadi, agrupada tras la pancarta unitaria Euskadin ehiza bai que desplegó la Federación Vasca de Caza en consenso con las tres territoriales, se desplazó en un total de 23 autobuses, de los que una decena partieron desde diferentes puntos de Gipuzkoa, otros ocho salieron de Bizkaia y cinco más desde Araba.

A la conclusión del recorrido, tomaron la palabra representantes de organizaciones de agricultores y ganaderos como Asaja, COAG o UPA, que coincidieron al destacar que la cita era “una movilización histórica”.

El presidente de Asaja, Pedro Barato, recordó que “el sector agrario ha dado la cara por la sociedad en tiempos de pandemia y lo que hemos encontrado después son ataques indiscriminados por parte de Gobierno”, mientras que el secretario general de COAG, Miguel Padilla, aseguró que “es una vergüenza que los miles de millones de beneficios caídos del cielo de las eléctricas lastren la producción de alimentos en un contexto en el que la seguridad alimentaria de Europa se tambalea por el impacto de la guerra en Ucrania”. El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, reclamó por su parte que “la Ley de la Cadena Alimentaria debe aplicarse a rajatabla” para hacer frente al inasumible incremento de los costes de producción.

El presidente de la Real Federación Española de Caza (RFEC) y coordinador de la Oficina Nacional de la Caza (ONC), Manuel Gallardo, resaltó que los miles de cazadores de toda España salieron a la calle para decir “basta ya de políticas anticaza de un Gobierno cobarde entregado a ecologistas y animalistas que quieren imponer su modelo sin importarle la vida del mundo rural”.

Gallardo situó a la sociedad en una encrucijada, porque “tiene que elegir: animalismo o libertad. La caza ha llegado a la política y no habrá ni un solo voto para los partidos que no defiendan la caza, porque a nadie se le olvide que la caza también vota”.