- La selección estatal de balonmano, ganadora de las dos últimas ediciones del torneo, se medirá mañana con Dinamarca en las semifinales del Europeo de Hungría y Eslovaquia, mientras que Francia y Suecia se jugarán el otro puesto en la final.

El conjunto español (con los guipuzcoanos Kauldi Odriozola e Iñaki Peciña en sus filas), que concluyó la segunda fase como primer clasificado del Grupo II, se encontrará en las semifinales con Dinamarca, la vigente campeona mundial, que ocupó la segunda plaza del Grupo I tras caer ayer por 29-30 ante Francia, que finalmente quedó primera y se enfrentará a Suecia, segunda del Grupo II.

Cruces que nadie hubiera podido imaginar tras unos primeros 45 minutos de juego en los que Francia pareció abocada a quedarse fuera del torneo, dada la superioridad del conjunto danés.

Ni la ausencia de sus dos grandes estrellas, los laterales Mathias Gidsel y Mikkel Hansen, a los que el seleccionador danés, con el billete ya asegurado para las semifinales otorgó descanso, mermó el rendimiento de Dinamarca.

Entre Jacob Holm, que cerró la primera mitad con seis dianas tras errar un solo lanzamiento, y Niklas Kirkelokke, que sumó otras seis, contabilizaron dos tercios de los 17 goles que Dinamarca logró en la primera parte. No menos sensacional estuvo el portero danés Kevin Moller, que con las nueve paradas que firmó en los primeros 30 minutos, desnudó la falta de efectividad de los lanzadores franceses.

Kirkelokke y Holm llegaron al descanso con solo dos errores en el lanzamiento, pero los jugadores de primera línea del equipo francés contabilizaban un total de nueve, un problema al que añadir la escasa aportación de los guardametas Vincent Gerard y Wesley Pardin, que tan solo lograron una parada en toda la primera mitad.

Dato, que sirvió, entre otros, para explicar los cinco goles de ventaja (17-12) con los que Dinamarca alcanzó el descanso.

Una derrota de la que el conjunto francés pareció imposible que pudiera escapar tras unos primeros 15 minutos de la segunda mitad en los que cada intento de reacción se veía abortado por un gol de Holm o de Kirkelokke, cuando no por una parada de Niklas Landin, que ocupó la portería danesa en el segundo tiempo.

Los nórdicos entraron en los últimos 15 minutos con una ventaja de cinco goles (26-21) que pareció condenar definitivamente a Francia. Pero los goles de Dika Mem, junto a las paradas de Gerard, que empezó a aportar, despertaron el gen competitivo francés, que logró poner el 29-30 definitivo a falta de minuto y medio para el final.